«Escribo esta historia por mis propias experiencias, y mis lutos no resueltos también»

Rosa pasa página se ha citado con el escritor y periodista David Jiménez, que fue durante dos décadas corresponsal en Asia y ha trabajado como reportero en más de treinta países, y acaba de publicar “Días Salvajes” (Planeta 2024)

Una novela inspirada en casos reales, que narra una historia desgarradora y conmovedora sobre el duelo, la amistad, el deseo de venganza, el recuerdo de quienes ya no están, las trampas del dinero, las experiencias límite y los dilemas morales. Ambientado en la España de los años 2000.

Alcohol, drogas y una noche de fiesta desbocada lleva en su cuerpo el joven millonario Bosco Zabala. En sus manos el volante de un Aston Martin y un impulso, el de llegar antes de que amanezca para rematar la fiesta en la discoteca pija de la carretera de la Coruña. Mientras conduce a toda velocidad, sigue bebiendo. De copiloto, va su mejor amigo.

Bosco acaba de convertirese en un kamikaze y en unos minutos será un asesino.

Marta vive en Villaverde, un barrio humilde de Madrid, circula tranquilamente hacia su trabajo de cajera para poder pagarse los estudios. Ella va a ser una de las dos víctimas.

Desde el momento del accidente las dos familias se van a ven en encrucijadas morales y les hará plantearse muchas cosas:

¿Qué haría yo en caso de que mi hijo cometiera un error fatal y yo tuviera el poder de librarle de las consecuencias?

y de la misma manera:

¿Qué haría yo, si me han robado lo que más quiero? A mi hija.

"La justicia no repara esa ausencia". El autor, señala la arbitrariedad en los accidentes de carretera especialmente, y lo difícil que es de aceptar.

Y añade: “Yo, en la época joven, donde en Madrid se conducía de una manera muy imprudente, y todo el mundo bebía y conducía, no era como ahora, que está más asentada la idea de que eso no hay que hacerlo, recuerdo que todas las noches veíamos accidentes terribles y yo pensaba en esa arbitrariedad, en quién estaba atrapado en los hierros de ese coche y cómo el destino te podía cambiar en un instante, como le ocurre a los protagonistas de Días salvajes. Y muchas veces el desenlace es injusto, porque a veces son gente buena, gente con muchos valores, o gente que no ha hecho nada para pagar ese precio, la que se marcha. Y en cambio se quedan muchas veces gente que a lo mejor no lo merece tanto”

Jiménez valora también el sentido de la amistad, la de Iván que viaja de copiloto, un amigo leal, el único que está con él y no por su dinero. Una amistad no correspondida, al menos no con los mismos códigos de la lealtad.

Y continúa: “Todos nos podemos sentir identificados con amistades que nos han desilusionado en la vida, otras que no, que se han mantenido a lo largo de los años.

La amistad, señala también el autor, como apoyo ante una situación tan dura como la de haber perdido a una hija.

El duelo no resuelto, la necesidad de venganza, la inestabilidad que aparece en los que quedan, en la familia de la víctima. Para escribir esta historia, David Jiménez recibió la ayuda de Vicky Maldonado, "que es una psicóloga de duelo, que me ha llevado por todo el proceso del duelo y del tratamiento del duelo, y que incluso me introdujo con la gente maravillosa de una asociación que se llama Alhelí, que está en Málaga, y ahí ya me pasó una cosa increíble, que es que me ofrecieron los propios dolientes participar en terapias de grupo y muchos de ellos eran padres que habían perdido a sus hijos, como le ocurre a uno de los protagonistas de Días salvajes" cuenta emocionado el autor.

y continua: " fue una experiencia muy dura, pero también creo que me hizo comprender mucho mejor el proceso por el que pasa alguien que sufre la mayor de las pérdidas, que creo que es la de un hijo".

La onda expansiva de un accidente criminal afecta a ambas familias. Los Boscos, no pueden permitir que su hijo vaya a la cárcel por haber matado a dos personas, supondría poner en peligro los negocios de su madre. Una mujer religiosa que lo tiene todo, el dinero, la posición, la influencia, y sin embargo, su familia es disfuncional. Ha fracasado en lo más elemental. Tiene este hijo desbocado, que está metido en drogas, que precisamente porque ha nacido entre algodones y todo se le ha concedido, no valora nada y que va a provocar ese accidente terrible que cambia el destino de la familia y ella tiene que luchar porque no cambie y eso lleva a hacer cosas que no son éticas ni morales. Y por otra parte es una madre, es decir, ella defiende a su hijo, es un instinto maternal de defensa. Encrucijadas morales a las que quiere enfrentar a los lectores.

Una de ellas es ¿Qué harías tú si te ofrecen un millón de dólares por cerrar un acuerdo que no va a conceder justicia, ni a tu pérdida, ni a la de tu hija? Eso sí, vas a solucionar todos tus problemas económicos y de todo tipo. Entonces, bueno, quiero pensar, afirma Jiménez, que no todos tenemos un precio y sobre todo que muchos de nosotros no le podríamos poner un precio a nuestra hija o a nuestro hijo. No lo tiene.

"Si situé "Días Salvajes" en aquellos locos 2000, en parte es porque vivimos otra vez en esos locos años en los que los bancos te daban créditos para el piso, las vacaciones, el coche, daba igual lo que ganases, todos no endeudamos y no aprendimos absolutamente nada. Y creo que muchos de los problemas que tenemos hoy, polarización, falta de conexión social, desigualdad, vienen de la resaca de aquella fiesta que no supimos parar a tiempo" corrobora.

David Jiménez parte de personajes ficticios basados parcialmente en una historia real. Una historia en la que quizás esa justicia para muchos fue como una sensación de fracaso. Sí, porque el accidente kamikaze que tiene Bosco tiene inspiración en algo que ocurrió años atrás, en el año 2013, hubo un conductor kamikaze que fue condenado a 13 años de prisión por matar a otro conductor. Y, el entonces ministro de justicia, Gallardón llevó al Consejo de Ministros un indulto. Luego se supo que el hijo de Gallardón tenía un bufete de abogados y que tenía relación con el acusado, con el homicida. Y aquello, yo recuerdo que fue un escándalo que hoy ya nadie se acuerda de ello. "Porque los escándalos, imagínate, si entonces pasaban rápido... Ahora más. En nuestra época de la inmediatez absoluta, ahora ya es, lo que fue un escándalo ayer, hoy se ha olvidado.

Y aquella historia que yo recuerdo, el impacto que tuvo en mí, ¿no? De cómo es posible que por tus relaciones políticas, por tu influencia, te puedas librar de las consecuencias de haber matado a otra persona de una manera tan irresponsable. Aquello inspiró un poco el caso que narro en Días salvajes. Al final uno es reportero, es periodista, es lo que ha sido toda la vida y creo que le cuesta traicionar ese espíritu.

"Yo creo que a Días Salvajes me llevan, bueno, mis propias experiencias, mis lutos no resueltos también, la pérdida de amigos. Cuando era joven, por causas naturales, perdía a dos amigos muy queridos, pero luego en mis coberturas como reportero, pues también, desgraciadamente, tuve que ver a compañeros que murieron en el frente y tuve que ver a mucha gente pasarlo mal en situaciones difíciles. y me lleva un poco también la esperanza porque creo que Días salvajes siendo un libro duro deja un pozo de esperanza también y creo que eso era importante que no quedará sólo la amargura de la pérdida del duelo, sino la superación, ese espíritu humano increíble que hace que incluso cuando nos hemos dado el mayor de los batacazos, tenemos la capacidad de salir adelante". Concluye.