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'Alrededor de las casas vacías siempre se genera una leyenda: no se habitan, se llenan de fantasmas'

"Alrededor de las casas vacías siempre se genera una leyenda: no se habitan, se llenan de fantasmas"

Nagore Suárez "Lo que habita en los sueños" (Destino)

lunes 24 de febrero de 2025, 08:28h
"Tengo siempre muchas cosas en la cabeza, he sido siempre muy soñadora"

La cita de hoy, es con Nagore Suárez, una autora que cambia en esta ocasión de registro con "Lo que habita en los sueños" (Destino) . Una intriga entre el San Sebastián de los años 50 y la Florencia de los 30. El arte, la amistad, el amor y la alta sociedad ya en decadencia.

Su primera trilogía, formada por La música de los huesos, El ritual de los muertos y El final de la fiesta, ha sido un éxito de crítica y ventas.

"Ava evoca una y otra vez las imágenes del sueño mientras juguetea, distraída, con la carne de res del plato. Bajo la cama guarda el baúl que contiene los utensilios para pintar. A veces cierra los ojos y busca en su mente las imágenes del sueño, pues teme que se desvanezcan antes de que pueda acabar la obra, que se vayan debilitando con los días"

P.—Abro esta entrevista con Ava, uno de los personajes principales que además está ambientado en la primera parte del libro: Florencia de 1938.

El arte y la pintura de Florencia no podía faltar.

R.—Florencia era un lugar imprescindible y me pareció perfecto para situar esta trama de 1938. Donde está a punto de llegar también la guerra. Estamos en la antesala del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, pero es una ciudad, luminosa, llena de vida, llena de artistas y quería reflejar esto un poco en el personaje de Ava principalmente, que es quien va a representar el mundo del arte en la novela.

P.—¿El mundo del arte tiene algo que ver contigo?

R.— La verdad es que tuve una época, hice el bachillerato artístico pero ya estoy un poco retirada de eso, pero yo quería sobre todo relacionarlo con el mundo del surrealismo y con las pintoras surrealistas.

P.—San Sebastián, das un salto a 1952 y acompañamos a Manuela que ha regresado a la playa de la Concha, que ve cómo se conserva intacta la belleza que había evocado en sus sueños.

R.—Me gusta mucho ese salto que hay entre lo que recuerdas y lo que luego hay en la realidad a través del personaje de Manuela, de cómo se transforman los lugares en nuestra mente y cómo se convierten a veces en enclaves un poco irreales.

P.—¿La muerte no siempre es un final?

R.—Este es un tema que está muy presente en la novela. Se menciona el espiritismo, se menciona el ocultismo, está muy presente en todo este mundo místico. Creo que al final, todo esto no son más que formas de intentar dar respuesta a estas preguntas que nos hacemos siempre y una de ellas es la muerte, el final. E intento que los personajes se enfrenten a esta pregunta de diferentes maneras.

P.—El escenario de la novela, se concentra en Villa Allur, Manuela es invitada para que asista a un fiesta y ella se sorprende, pero se le va a abrir un mundo que no conocía hasta ahora.

R.—Justo, en Villa Allur. Es una parte muy importante de la novela, todo gira casi alrededor de ella, todos los personajes tienen algún anclaje con esta casa.

Me interesaba mucho esta figura de villas antiguas, olvidadas, que al final en la novela se dice que las casas que no se habitan, se llenan de fantasmas, y no es solamente en el sentido literal de la palabra, sino que alrededor de las casas vacías siempre se genera una leyenda y me parecía interesante reflejarlo.

Manuela aquí en esta fiesta de inauguración, se va a encontrar con el último cuadro que pintó Ava y va a ser un poco lo que lo que detone el resto de la novela.

P.—Ahora que has dicho lo del cuadro, dices: “un acantilado junto al mar donde flota en el vacío, una figura femenina ataviada con un manto blanco, en la superficie del agua flotan cabellos en el cielo, junto a estrellas irregulares podría verse una media luna árabe”. No se sabe si ella emerge o al contrario.

R.—Sí, el cuadro al final tiene varias interpretaciones, podríamos decir, y precisamente la figura que aparece en el centro es la figura fantasmal. Manuela describe justo que no sabe si está emergiendo de las aguas o si está cayendo desde la acampada. Y el cuadro va a vertebrar al final toda esta historia que creo que es bastante circular.

P.—Esta villa bien podría ser real ¿Quién no pasea y tiene la curiosidad de adentrarse? ¿Y cuántas cosas se imagina uno que pueden existir ahí dentro?

R.—Yo desde luego paseo por San Sebastián y siempre estoy pensando ¿qué habrá detrás de estas paredes? ¿Qué historia tendrá esta casa? Me interesan mucho las casas, los lugares con historia.

Y Villa Allur, aunque no existe como tal, podría ser cualquiera de las villas de la ciudad y en concreto está inspirada en algunas que existieron en su momento y que ya no están.

P.—¿Quién la invita a Vill Allur?

R.—La invita el duque Leroy Benoit, que va a ser un personaje muy importante en la historia, que va a representar gran parte de este tema del ocultismo que he mencionado antes. Es un personaje muy interesante porque creo que tiene muchos grises y que dependiendo del lector va a agradar o a desagradar.

P.—Tus personajes no son ninguno oscuro del todo, tienen un halo de luz.

R.—Es una novela bastante luminosa. Al final no me interesaban los personajes que son malos porque sí.

Creo que realmente todo, también los personajes, tienen muchísimos matices.

P.—Gerard, el duque, coleccionista de cosas extravagantes. La nobleza de Francia y sus años de gloria, está de capa caída.

R.—Tanto Gerard como su hijo, se aferran a ese título que realmente ya no tiene ninguna valor, pero para ellos es lo más importante, aunque muchos no tengan ya dinero ni para mantener a sus propiedades, pero por encima de todo está el orgullo, ese sentimiento de pertenencia a la nobleza.

P.—Hablábamos de esoterismo, espiritismo, el más allá, qué hay después de la muerte. Es una época en la que está muy de moda que haya reuniones con medios.

R.—Desde finales del siglo XIX, incluso antes, estaba muy de moda el espiritismo, tanto como entretenimiento para la clase alta en estas reuniones en las villas, como también, creo que esto es interesante, para clases sociales más bajas, los medios también, algunos, era un negocio del dolor, justo a lo mejor en el periodo entre guerras, o después de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo estas mujeres que habían perdido a un marido, a un hijo en la guerra y veían ahí una oportunidad de poder contactar con los seres queridos. Entonces me interesaba reflejar las dos vertientes y yo dejo mucho también la interpretación del lector.

P.—¿Cuál es el nexo de unión entre Abba y Manuela?

R.—Es una historia de amor, y una historia de amistad. Una historia de amor no romántico, pero amor igualmente. Una amistad que comienza en la adolescencia, donde todo es tan intenso, donde todo tiene tanta importancia. Y que va a marcarles para siempre, sobre todo a Manuela.

P.—¿ Y qué ocurre?

R.—Ellas se conocen estudiando en una academia para señoritas. Y Ava desaparece en un momento dado y años más tarde en San Sebastián, en 1952, cuando Manuela acude a esta inauguración de Villa Allur, de repente se encuentra en la biblioteca, en el despacho del Duque, se encuentra con el último cuadro que Ava pintó y que había desaparecido con ella.

P.—¿Pintar aquellos lugares premonitorios bien puede ser una manera de perpetuarlos?

R.—Sí, por supuesto

P.—La cuestión es: ¿cómo se pinta aquello que no se ve?.

P.—Justo, esa pregunta se la hace Manuela, y ella le responde porque todo está en mi cabeza, yo lo veo dentro de mí. Y aquí volvemos al tema de las pinturas del surrealismo y precisamente de cómo jugaban ellas, de cómo estaban influenciadas por el mundo místico, por el mundo de los sueños. Y eran pinturas en las que, bueno, lo dicen, no es surrealismo, pero se daban elementos mágicos, místicos, oníricos. Y eso es lo que hace Ava en sus cuadros.

P.—Manuela ha tenido una educación muy cerrada, muy asfixiante. ¿Parte de esa educación tiene que ver, o de ese ambiente que no la deja respirar, su hermano Hernán?

R.—Creo que los personajes femeninos de esta novela, especialmente Manuela y Ava, también están muy definidos por los hombres que hay en su vida. En el caso de Manuela especialmente por Hernán, que va a ser quien se encargue de ella cuando sus padres fallezcan y quien defina por completo la vida de su hermana.

P.—¿Me ha sorprendido gratamente encontrarme una postal entre las páginas?, cuéntame.

R.—Es una invitación para ir a Villa Allur. Me interesaba también la ambientación histórica, que no hubiera internet. Esta historia creo que no tendría sentido ambientada en este momento, en el que todo el mundo puede tener un contacto tan fácil, y este mundo de las cartas, de las postales, tan romántico un poco para nosotros ahora, pues me parecía que encajaba perfecto con la novela.

P.—¿Qué papel tiene la prensa en esta historia?

R.—Hablamos mucho de ecos de sociedad. Dónde se reflejaba la vida social de la ciudad, quiénes eran las señoritas y los señoritos que llegaban, qué era lo que hacían, qué era lo que comían en las fiestas o qué era la ropa que llevaban. Esto tenía una columna bastante destacada, por ejemplo, en el diario vasco.

Y más allá de dentro de la historia, la prensa ha sido muy importante para documentarme. He leído muchos periódicos de la época para intentar documentarlo, más allá de los hechos, ver cómo respiraba esa ciudad en ese momento, qué se leía, qué iban a ver al cine, qué se comía, cuáles eran los problemas sociales.


P.—¿Por qué San Sebastián?

R.—Aparte de que tiene ese aire tan romántico, tan parisino, de glamour. Era el lugar de veraneo de las élites europeas durante mucho tiempo, ya desde finales del siglo XIX.

Y me permitía situar personajes muy dispares. Precisamente tenemos desde Pedrito, que es el mejor amigo de Manuela, que es un estraperlista, a luego al Duque que hemos mencionado. Y aunque en esta época, en 1952, no es la época dorada de la ciudad, estamos en pleno franquismo y hay muchas influencias también de Estados Unidos, pero sigue siendo el lugar de veraneo, sigue teniendo esa elegancia y ese misterio.

P.—El ambientar una historia en una ciudad, en este caso en el norte de España, es una forma de invitar al lector a recorrer también esos espacios, a buscar dónde ha estado Nagore y qué le ha motivado a escribir. Creo que también es importante el recorrido que haces por ciertas librerías, ya que estamos con los libros y que tienen algo siempre, para mí por lo menos, muy especial.

R.—Por supuesto. A mí me encantaría que el lector que termine el libro le apetezca ir a San Sebastián y recorrer esos lugares que algunos son reales, como el cementerio de Los ingleses, la playa de la Concha. Luego el Hotel Continental, que está cerrado ya, pero fue real. Y otros ficticios, muy importantes, como esta librería Fortuna, que refleja precisamente el espíritu de esas pequeñas librerías desordenadas donde de repente te pones a buscar y encuentras algo que no sabías que querías pero que necesitas.

P.—También viajamos a Borgoña y sus vinos.

R.—Con vino, sí, a mí me gusta mucho el vino, he estudiado sobre ello.

Es un mundo bastante elitista, siendo sincera, y está muy ligado también a esta clase alta y por supuesto el duque de Borgoña pues tenían que aparecer estos vinos.

P.—¿Qué habita en los sueños de Nagore?

R.—Tengo muchas cosas siempre en la cabeza, he sido siempre muy soñadora, yo sueño mucho despierta, pero puedo decir, aunque suene un poco cursi, que estoy viviendo un sueño, escribir para mí es un sueño, y creo que lo que habita en mis sueños es poder seguir viajando y seguir escribiendo y poder dedicarme a esto.

P.—Te has desviado un poquito de tu registro habitual, digo un poquito, porque la esencia está ahí y hay ciertas cosas que coinciden un poco con las otras novelas. ¿En qué te sientes más cómoda?

R.—Creo que me siento muy cómoda en lo que he hecho aquí, en “Lo que habitan los sueños”. Quizá, es que también soy joven todavía, mi escritura creo que puede ir a muchos sitios, pero estoy muy cómoda en lo que he hecho, en esta ambientación histórica, sin perder el misterio y me gustaría por lo menos en los próximos proyectos continuar aquí a ver qué tal lo reciben los lectores pero bueno yo he disfrutado mucho y creo que cuando el autor disfruta eso se nota también.

Entrevista: Rosa Sánchez de la Vega

Editor de sonido: Manuel Muñoz

Sigue la entrevista en Spotify y Youtube

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