«Observo a menudo a poniente el horizonte como si las vastas llanuras extremeñas me acercaran a la puna andina»

Todavía puedo sentir el olor de las hojas molidas de palta mezclado con el aroma de azahar de los primeros naranjos. En ocasiones necesito escuchar el murmullo del Tajo, esa queja al romper contra las rocas de la orilla en su avance a la mar, solo así se tranquiliza mi alma, como el Rímac, el río habla cuando tiene algo que advertirnos, y debemos cuidarlo. Madrid, 1597. Francisca Pizarro Yupanqui comienza a escribir el relato oculto de su vida.