"Deseaba expresar en esta obra que la ciencia y la religión no necesariamente deben estar separadas"

“Rosa pasa página” charla con David Fopiani, que acaba de publicar “El linaje de las estrellas” (Espasa 2024) Una novela de asesinatos, rituales, sociedades ocultistas nazis, el hermetismo del ejército y la Alemania de los años de 1940, la influencia del nazismo en la trama.

“La fila de visitantes dejó de avanzar de golpe. La joven que encabezaba la fila permanecía inmóvil tras haber llegado al salón de símbolos. Parecía bloqueada, desorientada, sin ser capaz de digerir la información que le llegaba como a través de un cristal rojo” Así es como arranca la novela.

“Siempre he tenido claro—afirma el autor—que para escribir desde el comienzo, desde el primer capitulo, el misterio y el suspense, ese crimen, debía de estar desde las primeras páginas, para atrapar al lector, para cogerlo por el cuello y que no pudiese parar de leer”.

El cadáver de un hombre aparece en el Panteón de Marinos Ilustres; un edificio de la ciudad de San Fernando, uno de los más emblemáticos, ya que es el centro espiritual de la Armada Española.

Este primer crimen se enmarca allí y se conectará directamente con un protagonista particular: Ezequiel; un sacerdote aficionado a la física y la ciencia.

Una de las tramas secundarias que se presenta, es la incertidumbre del protagonista sobre la identidad de sus padres. A lo largo de su vida, esta cuestión lo ha atormentado, generándole sentimientos de soledad y abandono.

Resulta curioso que Ezequiel, el capellán de la Armada, no haya logrado entablar diálogo con Dios. “Para mí—apunta Fopiani— era algo que deseaba profundamente escribir, ya que soy un apasionado de la ciencia física. Aunque no me identifico como creyente ni seguidor de la iglesia católica, disfruto enormemente de aprender y leer sobre este tema.

Explorando y estudiando para “El linaje de la estrellas”, descubrí que el prejuicio común sobre la separación entre ciencia y religión puede no ser válido. A lo largo de sus carreras, muchos científicos, físicos y teóricos se han vuelto muy religiosos, lo cual me lleva a preguntar por qué no puedo crear un personaje con esa dualidad.

Los sacerdotes y curas, han realizado un gran aporte a la ciencia. Incluso el Vaticano cuenta con su propio observatorio. Esto es algo que me ha interesado mucho, ya que al escribir he ido aprendiendo y profundizando, por lo tanto deseaba expresar en esta obra que la ciencia y la espiritualidad o la ciencia y la religión no necesariamente deben estar separadas.

En la novela, la víctima es un joven de 18 años recién incorporado a las Fuerzas Armadas que aparece con una esvástica tallada en su abdomen y sus entrañas expuestas imitando un cordón umbilical. Además, señala hacia una de las constelaciones en el cielo.

El tema de la creciente polarización en la sociedad en ambos extremos, el autor señala que se está cuestionando el futuro: “en ocasiones, me encuentro interpretando un papel positivo en ciertos escenarios, sin embargo, dudo sobre el nivel de influencia que tienen las redes sociales en la capacidad de la gente para desarrollar su propio pensamiento crítico y evitar ser arrastrada por titulares engañosos o desinformación. En la actualidad, es común ver cómo las personas se dejan llevar por la información sesgada que circula en línea” afirma Fopiani.

y añade: “En esta novela, me sentí motivado a explorar el impacto de Internet en la formación de opiniones extremistas, ya que las noticias que se presentan en las redes sociales o en Google tienden a reforzar nuestros sesgos individuales. Escapar de esta dinámica resulta complicado, lo cual podría contribuir al surgimiento de ideas más radicales tanto en la derecha como en la izquierda”

“Al escribir cualquiera de mis novelas, uno de los objetivos es transmitir mi punto de vista sobre la sociedad, lo que está ocurriendo y lo que puede llegar a ocurrir. No se trata solo de la trama del asesinato o del misterio, sino de expresar ideas más profundas”, concluye.

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