Construir un mundo, una intimidad en el que no haya más mirada que la de uno y otro. Sin que nadie los vea, ni los observe. Una sola persona es suficiente para tener el universo. Perder un hijo y con él todo lo que la ataba a la vida. S vive en Londres y allí es donde ha de conocer a F. Casado, con una vida tranquila lejos de allí; en Santiago de Chile. Se conocen en Londres y Surge entre ellos la pasión, el deseo y la entrega en lugares clandestinos y en remotas ciudades. El imaginario de los amantes no acepta prisiones mentales, materiales o espirituales. No tiene nada que ver con la cotidianidad en la que no cabe el deseo.