Después de disfrutar de una cena mágica con más de mil invitados, expectantes y deseosos de conocer al ganador y finalista del Premio Planeta 2023. Contagiados de su felicidad, y su emoción y, también sorprendidos no pocos. Tras una velada divertida, y escasas horas de sueño, asistimos a la rueda de prensa.
Sonsoles Ónega, es la ganadora del Premio Planeta 2023 con la novela “Las hijas de la criada” que como ya nos anticipó al recibir su galardón visiblemente emocionada, es una historia de mujeres sí, pero sobre todo de personajes, de industrias, de trabajo, de mar, de esfuerzo y en esta abundancia, también nos habla de escasez. La falta de cariño, de afecto, de saber querer o de no saber mostrarlo. Personajes tocados por esa amargura de no ser queridos y que termina casi con el fin de la industria conservera. Con el fin de la carne de la ballena en las costas gallegas que arruinó a muchas de las conserveras y singularmente a los patrones, en este caso patronas. De privilegios, no en vano dos mujeres traen al mundo sendas niñas; las dos tienen el mismo padre, pero no comparten el mismo lugar a la hora de parir. La señora lo hace entre algodones. La criada en el suelo.
Un siglo de historia a través de las azarosas vidas de la familia Valdés, desde la sal como negocio, para después emigrar a las azucareras cubanas y regresar a la España de las conserveras.
“Sobre la ballena, fue un hallazgo circunstancial, al descubrir algo tan determinante como que la sangre de la ballena atrae a las sardinas. Los cachalotes preñados que hacían ricos a los industriales en aquella época, también era algo que desconocía por completo, pero sí que condicionó a la pesca por razones medioambientales, las crueldades que pudieron hacer con las ballenas y que condicionó también a la industria.
Me he permitido un capricho, por ejemplo, hacer y organizar dentro de la fábrica una escuela de mujeres para que las obreras y sus hijos aprendieran a leer, a escribir y a contar”
Ónega recurre una vez más al narrador omnisciente que dirige al lector a lo largo de las páginas y de los sucesos. Afirma que tiene la tentación de pasar a la primera persona, pero no lo hace probablemente porque no encuentra ninguna otra voz, para construir una novela río, porque es una novela muy precisa que arranca en febrero de 1900 con dos partos la misma noche y en el mismo pazo. Y a partir de ahí va construyendo las tramas durante todas las páginas con algunas retroalimentaciones que nos cuentan la historia, sobre todo de los antepasados de los protagonistas.
“La gestación de esta novela fue a raíz de una historia que contamos hace unos años de un intercambio de dos niñas en un hospital de Logroño que descubren y corrigen cuando ellas ya habían cumplido 18 o 20 años. Aquella historia que conté como periodista me pareció una novela en sí misma y se me disparó la imaginación y las ganas de escribir una novela sobre eso”.
Y ES QUE LAS MEJORES HISTORIAS ESTÁN EN LA REALIDAD
Los programas que hacemos en la tele, las revistas en los que contamos tantas historias increíbles son susceptibles de convertirse en una novela. Te paras a pensar y comprendes que han vivido una historia que no le corresponde. Eso es más que el destino, ¿no?
La ganadora afirma que nadie escribe para presentarse al Planeta, ella al menos no lo ha hecho. ESCRIBO POR MI NECESIDAD VITAL DE ESCRIBIR.
Esta ha sido una novela tan exigente, tan difícil, tan abierta en canal, tan excesiva y tan sufrida. Me ha costado escribirla más que cualquier otra.
El jovencísimo finalista Alfonso Goizueta con “La sangre del padre”. Historia que se centra en el viaje de la conquista del este y las dos caras de Alejandro Magno, el rey griego. Su expedición hacia Persia, con el objetivo de liberar de la barbarie a los pueblos y, como su propia ambición acaba convirtiéndolo en un tirano.
Goizueta incide en mostrar el lado humano, su evolución y su madurez. La transición de los “chicos” con 20 años y perderla a los 32.
La novela trata sobre la vida de Alejandro Magno desde su comienzo en Macedonia, cuando tenía 18 años hasta su muerte final en Babilonia. Centrándose en este viaje de la conquista del oriente, y las dos caras de Alejandro. Porque por un lado tenemos ese Alejandro que sale como un rey griego, un rey que va a liberar las ciudades que están tiranizadas por Persia y cómo cuanto más se va adentrando en el Oriente, más se va convirtiendo en un tirano adoptivo que fue lo que ellos querían derrotar. Entonces vemos cuanto más se aleja de casa, más oriental se vuelve, se pierde a sí mismo pero a la vez ese viaje es lo que lo libera.
Ese viaje inicial que tiene Alejandro en su pueblo íntimo, en su mundo interior que es lo que más explota en la novela, ese humano que había detrás del mito de la leyenda, crece a medida que va conquistando Persia, aunque con su faceta de rey se vuelva todavía más tiránica.
El finalista se ha nutrido de Memorias de Adriano y a leído a los romanos, porque las fuentes que tenemos de Alejandro es lo que los romanos interpretaron de Alejandro 400 años después de su muerte. Son unas fuentes que están basadas, muy adulteradas, por el prejuicio romano de la época. Lo que he leído mucho es la literatura secundaria, sobre todo el libro de Bosworth y de Robin Greene Fox, y aparte algunos artículos para construir bien el contexto en el que se desarrolló la historia, pero a mí lo que más me divertía era aquello de lo que no hay fuentes, que es la personalidad y el carácter de Alejandro. Vida personal de la que se sabe muy poco.
Nunca he comprado la idea de Alejandro como psicópata megalómano, que quería conquistar por pura ambición y necesidad de sangre, de poder, que es lo que, como novelista he completado con la imaginación, que el contexto nos permitía.
No me encajaba eso con la idea de un chico que con 13 años, y que su padre le puso a Aristóteles como mentor. Yo no vería a ese personaje por ningún lado. Una persona que su educación corría a cargo del mayor filósofo que ha habido, que ser una persona mucho más introspectiva, mucho más... tenía que tener un mundo interior de alguna forma. Aunque luego, de puertas afuera, fuera un tirano que lo fue y fuera un guerrero muy fiero que también lo fue, esta idea de este Alejandro con un foro íntimo también me parecía muy verosímil, en el sentido que no tengamos unas fuentes que lo hagan así, pero exactamente, ya tengo un poco de trampa, la ventaja de escribir del siglo IV a C hay muy poco y puedes tirar mucho de ese realismo un poco mágico.
Hefestión, es el otro personaje principal porque al final en esta historia del viaje, de la madurez, el amor de Alejandro y Hefestión es la trama central romántica de la novela, aunque Alejandro también tenía amantes femeninas. Y, hay un problema en el fondo de la novela que es la idea de casarse y tener un sucesor, que eso está siempre presente, la verdadera relación de amores con Hefestión. Pero es que Hefestión, en las historias de luchadores, lo cuenta como una heredera del amante y en mi novela es mucho más que el amante, es el amante, es el amigo, es el hermano, es el compañero de vida por lo que sabemos de las fuentes y también muchas fuentes apócrifas, son tipo romano, tipo Plutarco.
Hefestión era la otra mitad de Alejandro, era básicamente su alma gemela entonces cómo va cambiando también esa relación entre ellos, cómo es esa relación entre iguales en Grecia cuando son adolescentes y cómo va evolucionando según se van adentrando en el oriente y Alejandro se va volviendo más despótico. Cómo ese despotismo oriental del que se va permeando también tiene un impacto en sus relaciones no solo con ese señor sino con el resto de los cinco protagonistas, lo que son los Hetairoi que eran los compañeros de caballería del rey, que eso es una licencia que me tomaron en realidad eran como 12 o 15, y la novela por motivos de agilidad narrativa los ha reducido a 5.
Alfonso Goizueta, no es el finalista, sino que es, el absoluto finalista y ganador, nunca hubo nadie que hay tenido ese éxito con 23 años. Record que tal vez mantenga durante mucho tiempo.
La publicación de las novelas será el 8 de noviembre. La novela ganadora tendrá una tirada inicial de 210.000 ejemplares, en el caso de la novela finalista, una tirada de 90.000 ejemplares.