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«Cada uno se acerca a las obras con lo que lleva dentro y ve cosas diferentes»

«Cada uno se acerca a las obras con lo que lleva dentro y ve cosas diferentes»

"Los tesoros del Prado" Javier Sainz de los Terreros (ed.Montena)

miércoles 20 de diciembre de 2023, 19:21h
"Buscamos llamar la atención sobre una cosa en particular de una obra y generar el interés suficiente para que cada uno pida más información"
Estamos en el Museo del Prado. Hoy tenemos una visita muy especial, porque tengo el privilegio de pasear con el divulgador más conocido de las redes sociales en la faceta de arte y cultura: Javier Sainz de los Terreros que puso en marcha un proyecto en el perfil de Instagram de la Pinacoteca Nacional que consistía en grabarse paseando y conversando a solas por las galerías del museo. Todo un éxito.

—Más que un éxito, un privilegio, pasear a solas con tus cuadros. Cuéntame esa sensación y esa idea.

Sí, sin duda un gran privilegio y de hecho eso es lo que movió un poco la iniciativa, intentar transmitir esa oportunidad única que tenemos los trabajadores del museo para todo el mundo.

Además siempre hay algo en el imaginario que tenemos todos de qué pasa en el museo cuando no hay gente, esa noche en el museo. Entonces bueno, pues jugar con eso e intentar transmitirlo de la mejor forma posible.

Fue una iniciativa que tuvo muy buena acogida y además nos permitió dialogar con el público, podíamos interactuar desde cualquier lugar del mundo.

—Ese acercamiento primero, es algo motivador para la gente que necesita ver cuadros, pero más que ver, entender, porque no entendemos, no sabemos mirar bien un cuadro.

Sí, yo creo que estamos en un mundo de prisas, y que en el fondo más que ver, lo que hacemos es reconocer imágenes, que hemos visto en libros o que son famosas y decimos ya está, visto, y a la siguiente y nos cuesta mucho pararnos e intentar ver por qué esa imagen es tan conocida, qué hay detrás, cómo se puede disfrutar poco a poco de esa obra.

—¿Cuál ha sido el criterio? para elegir los cuadros que aparecen publicados en el libro.

El criterio sobre todo ha sido que representara el trabajo que venimos haciendo en redes sociales y un poco estas visitas, estos vídeos, también anécdotas que contamos en TikTok.

Entonces hay obras que son muy conocidas, que no podían faltar, pero luego hay otras que quizás pasan más desapercibidas, pero que tienen unas historias muy interesantes y que además nos ayudan a entender un poco más cómo funciona, cómo es la historia del arte, o por qué los pintores trabajan de una determinada manera.

—Me llama mucho la atención, dentro del libro “Los tesoros del Prado”, cómo se debe de leer, quiero decir, de derecha a izquierda, o cómo los mismos objetos, los mismos colores, la misma luz, te va guiando a través del cuadro y te va contando una historia. No porque sea un cuadro con muchos personajes o con mucho paisaje, sea más complejo, simplemente es poder interpretar lo que estamos viendo.

“La caída en el camino del Calvario” por ejemplo, no solamente por esa forma de explicar las líneas, también los colores de la Virgen María y el Cristo, que la vestimenta es igual, etc, una serie de cosas que una simple vista no lo captamos, no lo percibimos.

Sí, en el fondo es ver... bueno, es una propuesta de lectura, ¿no? Cada uno se acerca a las obras con lo que lleva dentro y ve cosas diferentes. Pero sí que es cierto que los artistas en el fondo tienen que construir una imagen y para eso hay que poner los andamios, se tiene que sostener, ¿no? Si no, pues el visitante o el espectador se pierde.

Entonces sí que se basan, se valen muchas veces de estos gestos, de estos colores, para dar esa cohesión y ayudar al espectador a dirigir la mirada en aquellos puntos que son importantes para ellos.

La vida del cuadro, me voy a centrar en este. Una cosa muy curiosa, hubo un naufragio, viajaba en un barco y fue el único superviviente.

—Eso cuentan las leyendas. Realmente todo esto hay que cogerlo un poco con pinzas. Pero bueno, siempre es interesante y nos ayuda a disfrutar un poco más.

Las buenas historias nos ayudan a disfrutar de los cuadros. Parece que, bueno, contaba Basari, uno de los primeros historiadores del arte, dándole también ese toque de leyenda que hubo un naufragio y se perdió todo, los hombres, todos los materiales, y llegó este cuadro milagrosamente flotando a tierra. Básicamente venía a decir que una obra tan bella no podía perderse. Eso ayuda luego a verlo y disfrutar un poco más.

—Además, otra cosa curiosa es que este cuadro, como otros muchos, Estaban sobre madera. De madera a lienzo es algo muy laborioso. ¿Cómo es posible que la pintura en una tabla se pueda trasladar a un lienzo, y que sea hecho con éxito?

Sí, bueno, es una operación muy arriesgada y totalmente desaconsejable. Pero bueno, está hecho con buena intención, porque la madera, en principio, pensaban que era un objeto perecedero, por los insectos, porque se movía, se contraía, por la humedad, entonces directamente se decidió quitarla. Primero vas poniendo una serie de capas y luego ya es la pintura. Entonces lo que hicieron fue raspar, raspar hasta que sólo quedó la pintura y luego eso lo pegaron en el lienzo. Entonces el problema es que los artistas pintan pensando en las diferentes capas.

Esas capas van dando matices a la obra que sufre bastante. Pero bueno, hubo una gran restauración en el Museo del Prado y entonces ahora ya luce bien y en todo su esplendor.

—¿Cuál es el criterio también para almacenar los cuadros?, y ¿qué tal duermen?

Supongo que hay demasiados cuadros, no se pueden exponer todos porque además se trata de exponer, no de acumular, creo que esa es la función de un museo. Imagino que se suelen sacar, renovar en función de, por ejemplo, exposiciones temporales o un tema determinado, un pintor determinado.

Pues duermen muy bien, muy cómodos y muy bien protegidos en los almacenes del Museo del Prado. Y luego el Museo del Prado tiene una colección de una calidad que es muy buena. Entonces cada vez que se presta alguna obra o hay alguna obra que va a restauración, tiene que venir una obra también de muchísimo nivel. Entonces, claro, están en los almacenes del museo y luego depende un poco de las narrativas que se quieran dar dentro de la dirección de conservación, pues elige qué tipo de narrativas se dan dentro de las salas del museo.

—Cosas muy interesantes que se encuentran de vez en cuando en los cuadros: Las huellas dactilares.

Al final en la historia del arte, certezas hay relativamente pocas, porque en el fondo ha pasado muchísimo tiempo y lo que hay son hipótesis muy bien fundadas. Y luego sí, se van dando descubrimientos, esto por ejemplo, haciendo un vídeo en directo con una restauradora, con María Antonia, pues nos lo comentó, en un momento dado, que sí, pues fíjate, aquí justo hay una huella y claro, hasta entonces, hasta que alguien no lo señala, no lo ves.

—Los vídeos que subís, son cortos y precisos, detalles; quizás sea lo que habéis querido trasladar con la publicación del libro.

Sí, en TikTok tenemos una estrategia de vídeos muy directos. Sí, son muy cortos, pero es que en 20 segundos con un apoyo visual se pueden contar muchísimas cosas. Entonces, sí, lo que buscamos es llamar la atención sobre una cosa particular de una obra para que luego ya cada uno, si le ha gustado la obra, le ha interesado, pues sus propios medios vaya tirando más y vaya pidiendo más información.

Tenemos un montón de información en la página web, invitamos a que vengan al museo, pero hay que empezar por algo y siempre una anécdota suele funcionar muy bien.

—Y luego el formato libro siempre es como apetecible, ¿no? Ver, ojear, volver, entrar en la curiosidad, creo que es muy buena idea.

Sí, hay una parte que es de lo tangible, ¿no? También estamos hablando tanto de imágenes, pero tener algo entre las manos, poder pasar la página, eso hace que... bueno, no sé, hay un misterio, ¿no? De lo material, de lo tangible que hace que se nos queden las cosas mejores y buenas, que nos apetezca tenerlo en las manos.

—La portada, el cuadro que ocupa la portada de una mujer que además de firmar sus obras, siempre apareció de alguna forma su imagen en la copa.

Sí, yo creo que es muy ilustrativo el hecho de elegir esta obra, porque es una obra de Clara Peters, que es de esas obras que han estado colgadas en los museos durante años y años, pero siempre ha pasado bastante desapercibida. si te paras y le dedica un tiempo y vas sin prisas y vas solo a disfrutar, a ver, vas acercando la mirada, vas descubriendo cosas y llegas a descubrir a la propia artista, ese reflejo, ese autorretrato reflejado, diminuto, en las copas. . Entonces a veces lo que nos perdemos cuando visitamos un museo con prisas y también una puerta abierta, esa oportunidad a nuevos descubrimientos.

—Además te está mostrando lo que hay en los platos, los bodegones, te está mostrando qué tipo de clase social, está representado. Y una cosa que a día de hoy quizás no nos llame la atención, porque como lo hemos modificado todo, tenemos la posibilidad de todo tipo de flores en este mes de diciembre, por ejemplo; pero en aquella época no.

Entonces este jarrón, que aparecen ciertas flores en la portada, pero el jarrón está completo en su cuadro, son flores que no podrían estar juntas porque no florecen en la misma época.

Sin embargo, era otra forma de derroche quizás.

Sí, esta forma también de manipular la realidad a través de la pintura. Clara Peters, pinta flores de diferentes estaciones y las pone juntas porque pues porque sí, porque le apetece, porque puede hacerlo.

—La mujer y la pintura era otro tema o es otro tema que no siempre podía firmar sus obras, siempre estaba detrás del tema de la mujer que tenía que dedicarse a la casa, a la familia.

La pintura de la mujer quedaba oculta por las figuras de padres, hermanos, maridos, Entonces se va quedando un poco en el olvido y hay que hacer una labor de investigación más dura que con los pintores masculinos.

—Cuando hablamos de un cuadro de un pintor, por ejemplo, Rafael tenía tal, tantísimo trabajo, que necesitaba de un equipo de trabajo.

El concepto va cambiando, realmente era como las marcas de hoy en día, ellos eran los que tenían la invención de la obra, hacían los bocetos y luego en algunos casos ellos mismos podían acabar esa obra o en otros era el taller y ellos simplemente lo supervisaban o daban los toques finales. Es un concepto diferente al que podemos tener del artista hoy en día, aunque también los artistas actuales, muchas veces, un artista conceptual piensa más la idea y no lo tiene por qué hacer él.

Pero bueno, en el imaginario colectivo sí que parece que el artista es quien empieza y lo acaba también. grandes marcas o los diseñadores, que no están ellos también confeccionando la ropa.

—Reconocer este trabajo de divulgación, también tiene su recompensa en forma de premios.

Sí, la verdad es que estamos muy agradecidos, hemos tenido varios reconocimientos por la labor que hacemos en redes sociales y nos hace mucha ilusión porque además participa muchísima gente en esto. Es una labor de equipo de todo el museo porque se ve en los vídeos que hacemos la cantidad de gente que participa. El año pasado participaron 80 personas diferentes en los vídeos. Entonces es una labor coral y se premian a todo el museo y es algo que nos hace mucha ilusión.

Puedes seguir la entrevista en Spotify y Youtube.

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