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«Brindar con 'Grappa' para despedir a la inspectora Elena Blanco'

«Brindar con "Grappa" para despedir a la inspectora Elena Blanco"

"El Clan" Carmen Mola (Planeta 2024)

jueves 12 de septiembre de 2024, 11:58h
"El Clan, es el villano más psicópata de toda la serie de Elena Blanco, porque saca rendimiento económico de la desgracia y de la desigualdad social"

Entrevista a Carmen Mola “El Clan”

Carmen Mola, pone fin a Elena Blanco: “Es el mejor personaje que hemos creado. Es el alma de todos los personajes que están a su alrededor, y es el alma de Carmen Mola”

Carmen Mola publica “El Clan” (Planeta 2024) quinta y última novela de la serie inspectora Elena Blanco. Un brutal desenlace de la saga en la que la violencia es más real. Donde la inspectora tendrá que enfrentarse al peor enemigo, porque no es exactamente una persona, sino un mal sistémico dentro de la política, la judicatura, la policía y los empresarios. El enemigo domina el mundo, pero desconocemos cómo es su cara.

Zárate, por su parte, puede estar herido o muerto, Elena Blanco recibe unas fotos de él tendido en un charco de sangre, ella trata de encontrarlo y comete un error imperdonable.

“Un soldado, un niño, sostiene por el tobillo a un bebé al que da vueltas, mientras ríe a carcajadas, ante la presencia de una mujer que grita, quizás, porque le han anclado la mano con un cuchillo a un tablón de madera, o tal vez porque ese bebé de piel arrugada, que volaba en círculos, y que acaba de estrellarse contra la pared para caer después al suelo, muerto; era su hijo. El niño soldado coge el cadáver del bebé y en menos de medio minuto le hace un corte preciso en la espalda, mete la mano, saca su corazón y se lo lleva a la boca, lo desgarra con los dientes y lo mastica. Afuera las chozas arden consumidas por el fuego, junto a ellas están amontonados cadáveres, decenas de cuerpos de hombres y mujeres, extremidades sueltas, rostros que se funden conforme el fuego quema la piel y la grasa” Liberia 2003.

P. -- Sobrecoge y el horror se multiplica por el infinito cuando sabes que es real.

R.—Sí, nosotros ahora cuando pensamos en El clan nos da la sensación de que es la novela en la que la violencia es más real. Porque todo lo que estamos contando, tanto las cosas que suceden en África, como cosas que suceden en España, realmente pasan. Estamos ficcionando poco alrededor, no estamos creando tampoco a un psicópata que sea absolutamente increíble, sino que es algo que uno cree que existe, que está ahí a la vuelta de la esquina.

Y creo que eso es lo que da más miedo de esta novela, ver que toda esta podredumbre, esta barbarie, lo de Liberia y otras cosas que suceden en la novela son reales y que de alguna manera están sucediendo al lado nuestro. Ese es el horror.

Es una novela violenta, una novela que vuelve a la realidad, la guerra de Liberia, todos tenemos recuerdos visuales de cuando se produjo en nuestra cabeza, de los niños disfrazados y haciendo casi una fiesta de la barbarie, de arrasar aldeas, de saquear y de comerse corazones, que lo hacían, porque se sentían invencibles al hacer eso. Nos acordamos enseguida de la guerra de Liberia y nos pareció que era un buen arranque para este brutal desenlace.

P.—¿Qué es "El clan"?

R.—El clan es el peor enemigo al que se ha enfrentado nunca Elena Blanco, porque no es exactamente una persona, sino que es un mal, un mal sistémico que está metido en nuestro mundo, en todas las partes, en todas las esferas, en la política, en la judicatura, en la policía, en la gente con la que tratan, en la empresa privada también. Entonces es un mal extendido, una organización que está ahí manejando los hilos por detrás.

Aquellos que dominan el mundo, pero no sabemos qué cara tienen ni nadie los ha elegido para que dominen el mundo. Y que en el fondo lo que están es creando un sistema comercial con el que se están lucrando de la trata de personas, del tráfico de órganos, y de la miseria del mundo que hay alrededor de un país como España, por ejemplo, que es un país civilizado pero que es una excepción.

El resto del mundo, lo que hay alrededor, nos está alimentando para vivir como vivimos y hay algunos que se hacen muy ricos gracias a eso. Entonces, eso es El Clan. Al final es como el sistema, que es el peor monstruo que hemos retratado nunca.

P.—Elena recibe unas imágenes de Zárate tendido en el suelo, en un charco de sangre. Puede que esté vivo, o puede que esté muerto. ¿En qué situación está Elena Blanco justo en este punto en el que arrancamos?

R.—En Las madres, Elena había evolucionado hacia la luz, desde la oscuridad de las primeras novelas hasta Las madres, la cogíamos en un momento más luminoso, creía que podía ser feliz, algo que no se había planteado en ningún momento en las novelas anteriores. En este punto, de nuevo, la historia la somete a una angustia, que es la de encontrar a Zárate, que obviamente no sabe, no cree, de hecho, que lo vaya a encontrar vivo, y poco a poco va siendo succionada por la oscuridad, por el pozo del que parecía haber salido en el transcurso de Las madres, no en su final, no en el final de la novela. Así que es un personaje que de nuevo está asomándose al pozo y poco a poco ese pozo la va succionando. Es una mujer ya cansada de habitar esa oscuridad durante tanto tiempo de su vida.

Pero la vida la obliga a mantener en todo lo alto su energía porque tiene que librar su última batalla, encontrar al hombre al que quiere, Zárate, y enfrentarse al villano más terrible que ha dibujado Carmen Mola, porque es un villano sin cara que es el sistema.

P.—¿Puede más el amor que el odio?

R.—Yo creo que puede más el amor, vamos, yo creo que todo en el mundo lo mueve el amor. Lo que pasa es que el odio es uno de los obstáculos que van apareciendo, pero creo que hay más amor que odio incluso en las novelas de Carmen Mola.

P.—Zárate necesita también saber qué ha sido de su padre, cómo ha muerto?

R.—Sí, lo que pasa es que el pobre Zárate no sabemos muy bien qué le pasa al final de Las madres y hacia dónde lo ha llevado esa búsqueda.
Pero eso es lo que descubre Elena, que toda la deriva final de Zárate en Las madres, que estaba actuando de una manera un poco errática, estaba volviéndose muy violento. Todo eso viene motivado porque él está intentando averiguar por qué murió su padre, cómo murió, quién estaba implicado en esa muerte. Y es verdad que el descubrimiento de todo eso es una de las formas centrales de El Clan y va a terminar revelando una verdad que nadie puede soportar.

P.—Tenemos un nuevo fichaje, tenemos a Miriam Baquero, nueva jefa.

R.—Miriam Baquero es un personaje que nos gusta mucho, porque es muy poco habitual de novela negra. De repente hemos cogido la detective de novela negra, a la que de alguna manera corresponde Elena Blanco, y le hemos puesto unas características que no son las habituales, es una mujer religiosa, es una mujer familiar, es una mujer que ama a sus hijos, ama a su marido, ama a su familia, lo más importante para ella son las formas y la familia. Y como tenemos esa costumbre de pensar qué es lo más duro que le puede pasar a este personaje, por ejemplo: Que una madre pueda perder a su hijo, eso es muy malo, pero que su hijo sea un asesino eso es peor. Pues a Miriam Baquero, también la hemos llevado pensar qué está dispuesta a sacrificar.

P.—El Sipeeni, el español, el hombre clave, frío y despiadado.

R.— Sipeeni, lo primero que hay que decir es que está basado en un personaje real.

Un personaje escurridizo que tenía un pasado en el batallón vasco español, que se vuelve un poco incómodo para la policía, para los poderes políticos, se le envía a una embajada en Liberia, cuando todavía había embajada. Y en el asalto a la embajada se le pierde la pista y es un personaje que no se sabe si ha muerto, si está operando con una nueva identidad y si ha convertido en un traficante de armas durante las dos guerras de Liberia.

Estamos hablando de un personaje como Sipeeni que tiene muchas caras y que nos gusta porque a la hora de escribir, sacar las máscaras, los personajes así como que los secretos, las mentiras, todo esto lo encarna muy bien este personaje del que se ha escrito mucho pero se sabe muy poco y uno de nuestros personajes va en busca de la verdad, de destapar todos los velos de este hombre tan subrepticio.

P.—Uno no elige las decisiones que se toman, están en tu naturaleza, en la de cada uno, desde el momento en el que naces. Es una frase casi del final, pero creo que vale para toda la novela y para nosotros mismos.

R.—Sí, es un poco determinista esto, pero hay algo en los personajes que parece que van abocados al desastre y que en el fondo, creo que casi les consuela esa frase, por mucho que he luchado, por mucho que he intentado salir y evitar el horror que me va rodeando. Parece que hay como una fuerza, como hay algo dentro de mí que me conduce directo al desastre. Son como coches sin frenos que van a estrellarse seguro.Y nuestros protagonistas tienen algo de eso.

P.—Las pateras que vienen de Argelia y que lo estamos viendo a diario como una repetición de imagen, hasta que le pones nombre. En este caso vais un poquito más allá y en esos migrantes algunos se pierden, tocando el tema de transplantes de órganos.

R.—Sí, aquí estamos hablando de tráfico de personas, tráfico de órganos. y cuando yo te decía que El Clan o, el sistema, es el villano más psicópata de toda la serie de Elena Blanco, es porque es un sistema que saca rendimiento económico de la desgracia y de la desigualdad social, esto es lo que estamos contando ahí.

Lo interesante en esta novela es que lo contamos desde el punto de vista de un europeo y eso te lo acerca mucho al lector, creo que le va a acercar mucho esa realidad, mucho más que si simplemente lees en el periódico las historias que cuentan unos negritos. Aquí lo tenemos como muy en primera persona, y creo que se toma una conciencia muy directa del horror de esas mafias.

P.—El dinero y el poder son universales.

R.—Lo que decimos es que en realidad en los dos continentes ocurren las mismas cosas, pero que en África no se ocultan y en Europa todo parece que ocurre por debajo de una sociedad feliz y perfecta, pero que el mal está en las dos y que los que se aprovechan de él están en un despacho muy luminoso. No hay que buscarlos en la selva, porque el mal está en un despacho de la Castellana, por ejemplo.

P.—Cuando empezasteis esta serie, ¿teníais claro que ibas a terminar aquí, en Liberia, o ha sido un proceso novela a novela?

R.—Ha sido un proceso novela a novela. Ha sido un proceso de ir con los personajes a donde te van llevando, es algo que hemos ido descubriendo poco a poco.

Cuando terminamos Las Madres ni siquiera sabíamos qué había pasado con Zárate. No es que no lo guardamos, es que no lo sabíamos. Estábamos exactamente en el mismo lugar en el que estaba Elena Blanco. Y eso está bien, situarse ahí a la altura de tus personajes y hacer el viaje con ellos.

Lo que pasa es que luego el resultado de esta pedagogía, de estas cinco novelas y de toda la historia de Elena Blanco, tiene algo de circular. Antes hablábamos de que la novela arranca en Navidad, termina en Navidad y hay algo también en el propio personaje de Elena Blanco que hace como un viaje para volver al origen. Entonces creo que sí que queda todo muy bien cerrado y que El Clan y la novela, no solo El Clan como organización que nosotros contamos la novela, creo que termina siendo una novela, creo que la más madura que tenemos y que resume un poco todo lo que hemos ido contando por delante en la serie.



P.—¿Entonces en qué momento surgió situar, ambientarla en el 2003, el final de la guerra?

R.--Surgió en el momento en que nos remangamos y nos sentamos a trabajar. En las reuniones se disparan muchas direcciones, y no sé si alguien diría, se acordaría de la Guerra de Liberia, de aquellas imágenes de los niños soldados, y nos pareció que era muy Carmen Mola, la Guerra de Liberia es muy brutal, todo, la falta de compasión que se cuenta de los poderes, de los poderosos, hacia los que nada tienen, está muy bien simbolizado en eso que hablábamos antes, los niños soldados que tienen que matar a sus seres queridos.

P.—Elena Blanco; cinco palabras desde que empezó Novia Gitana hasta ahora para cerrar.

R.—Es que Elena Blanco es un personaje, que a mí me parece un personaje tan bueno, que es un personaje que está por encima de nosotros y por encima de Carmen Mola. Elena Blanco es el mejor personaje que hemos creado, no digo que no vayamos a crear otro, lo mismo nos sale algo mejor. Elena Blanco es el alma de todos los personajes que están a su alrededor y es el alma de Carmen Mola.

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