«Siempre he deseado escribir un libro donde juego con todos mis temores infantiles»

Una cantimplora lanzada con rabia contra una de las paredes de la roca, provoca un agujero del ancho de una mano. Dentro, un hallazgo extraordinario. Alfons Strössner acaba de cumplir el sueño de cualquier egiptólogo. Una tumba que no ha sido saqueada.

Dos años después del hallazgo el propio profesor Strössner, unos de los mejores egiptólogos del mundo, aparece en un sarcófago del Museo de Historia del Arte de la ciudad de Viena. Momificado. Tres de los cuatro miembros de la última expedición a la Tierra Negra han fallecido en extrañas circunstancias.

La maldición para quien osa desenterrar a los muertos, saquear una tumba y abrir un sarcófago.

--El castigo de los dioses o de los vivos.

Yo diría que es mi maldición personal, porque de niño ya me interesaba mucho por las momias y por el Antiguo Egipto. Siempre he deseado escribir un libro donde jugase con todos mis temores infantiles y de ahí ha surgido esta novela.

--El arte egipcio de la momificación es uno de los rituales funerarios más meticuloso, con una técnica que se ha ido perfeccionando a lo largo de los años. No solo se practicaba a muertos, también en este ritual se momificaba a sirvientes y funcionarios reales... .Claro que no siempre estaban muertos del todo.

Se sabe que el faraón se llevaba a toda su corte, también a las mujeres. A estas personas se les quitaba la vida antes, pero también puede ser que no estuvieran del todo muertas. Es naturalmente una visión horripilante que te entierren vivo. Hay muchos detalles macabros y bizarros en cuanto a las momias y, he tratado de introducir todo esto en la novela.

Julia Wolf, vestida para una fiesta, debía sufrir el acoso y la infravaloración frente a los hombres, del inspector y del propio juez de instrucción.

--Sí. Cuando empecé a investigar, quise, naturalmente, introducir a una mujer en esta novela. Tuve que constatar que a finales del siglo XIX, de hecho, no había mujeres en la policía.

En la primera parte es telefonista, pero después quería que ascendiera y por eso, a partir de la segunda parte, es fotógrafa forense. Esta es una profesión que en aquel momento estaba surgiendo. La policía realmente no tenía fotógrafos forenses, sino que contrataban a fotógrafos externos de estudios, que tomaban estas fotografías in situ y se recomendaba a los policías que desde casa, si tenían una cámara como hobby, la llevasen consigo e hicieran fotografías.

--“La sangre no es como suelen describirla los escritores en las novelas de policías baratas. La sangre es un humor especial. Depende del grado de sequedad, va del ocre al marrón. Hasta el verde amarillento”.

Estamos en una época en que justo se podía determinar si era sangre humana o animal. Y ahora estamos en un momento en que con una muestra minúscula podemos decir a qué persona pertenece. Era inimaginable esta evolución. Todo esto empezó a finales del siglo XIX. Sin embargo hay gente que niega el avance de la ciencia y eso es algo contra lo que debemos de luchar todos. Los escritores a través de nuestras novelas, por ejemplo.

--“Ritos funerarios y cultura popular” Augustin Rothmayer

El culto en Tana Toraja, en Indonesia. Me pareció muy interesante, hasta hoy día se practica. Sus antepasados muertos se momifican y en fiestas familiares especiales cada pocos años se exhuman estas momias y están en una gran mesa y participan de esta fiesta familiar. Y estás sentado allí con el bisabuelo y la tatarabuela. Hay un concurso entre las familias, ¿qué momia aguanta más? Y esto realmente es una imagen muy bizarra, pero por otro lado, queremos estar vinculados con nuestros antepasados. Yo lo que deseo y mi idea de estar con mi tatarabuela en una mesa, pues me parece muy interesante, muy encantador.

--El autor rescata los zoológicos humanos: racismo encubierto para entretener por entonces a la burguesía y a la nobleza. “Recrear el espíritu autóctono de la zona. Un error cercano en geografía y tiempo.

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