Los instaladores de cables para una linea de ferrocarril de alta velocidad en Turin, han encontrado huesos humanos en una fosa común. Un caso que debería llevar el comisario Vincenzo Arcadipane, que es quien primero llega al lugar de los hechos. Pero la policía milanesa parece estar muy interesada, ya que todo apunta a crímenes de guerra, más concretamente a restos de la Segunda Guerra Mundial.
—Podemos imaginar una fosa común enorme, casi tanto como un campo de fútbol con cientos de cuerpos asesinados. Arrastrados hasta allí para unificar cadáveres y eliminar bajo la tierra el nombre propio de cada uno de ellos.
¿Pero qué ocurre cuando el número de muertos alcanza una docena, con un golpe en la nuca y arrojados a una fosa común? Después de haber pasado tanto tiempo, la urgencia en identificarlos es inexistente.
La policía de Milan pretende establecer que esos cuerpos se remiten a la Segunda Guerra Mundial; una manera rápida de resolver el caso. Porque sabemos perfectamente que durante ese periodo de tiempo se asesinaron también a civiles, incluso a fascistas. Entonces se trataría de muertes que ya están clasificadas. Sin embargo, esta sospecha de Arcadipane que esos cuerpos en realidad se remiten a los años 70 ya nos lleva a un periodo histórico en Italia conocido.
—Antes de dejar el tema de los huesos, quizás el resultado de quienes sean o no esos doce cuerpos es importante no así la forma en que murieron porque primero las víctimas, llevan mucho tiempo bajo tierra, y segundo quien lo haya cometido, puede estar ya o muerto o en un asilo.
Sí. Pero en Italia, incluso cuando los culpables ya han fallecido, en realidad su motivación, su testimonio, su ideología suele haber sido heredada por otros. Por lo tanto sigue persistiendo como un arma de guerra que nunca se encontrará sepultada y que sigue teniendo auntenticos herederas de esa ideología.
—Para dejar un poco el tema de los huesos, pero antes de eso, esa urgencia de querer saber quiénes son esos doce cuerpos, quizás no lo es tanto, porque primero, las víctimas llevan mucho tiempo bajo tierra, y segundo, quien lo haya cometido puede estar ya o muerto o en un asilo, como bien apuntas en tu libro.
Pero en Italia, incluso cuando los culpables ya han fallecido, en realidad su motivación, su testimonio, su ideología suele haber sido heredada por otros. Entonces, en ese sentido, la ideología sigue persistiendo. Es como si esa arma de guerra nunca se encontrará sepultada y existen auténticos herederos de esa ideología.
—La historia de “Las bestias jóvenes” entre los años 60 y 80, en una época de mucha convulsión, muchos cambios políticos, o por lo menos pretenderlo, y arrancas la historia con cinco personajes que van a hacer algo, no vamos a contar el qué, quizás esa juventud de la época no fue muy diferente de la que es la juventud en todas las épocas. Es decir, fue hecha por chicos que son personas tremendamente sensibles e influenciables frente a las tensiones del momento.
Yo creo que durante los años 70 en Italia, la juventud disfrutaba de una serie de libertades y un bienestar significativamente superior al de la generación de sus padres, que vivieron en la pobreza y en la privación mas compleja. Y a pesar de eso, estos jóvenes que han experimentado en parte el bienestar, reaccionan frente a una sociedad y a una vida que consideran que está bloqueada.
A pesar de que en aquel entonces había una democracia en Italia, lo era en la cual la alternancia política era imposible, es decir, al final los ciudadanos acudían a votar, pero finalmente había claridad de que en términos internacionales no se iba a aceptar un viaje hacia la izquierda. Entonces, ¿qué hace esta generación de jóvenes? Pues reacciona utilizando las mismas herramientas que emplea el Estado. Es decir, tratan de desbloquear la situación con las mismas herramientas. Las violencias, las bombas, que es el miedo.
—Arcadipane no está de acuerdo en que esa investigación la llevase la policía milanesa. Al menos hay algo que le choca. Y, nada como ese poso de ese inspector acompañado de Isa Manzini para llevar a cabo la investigación.
Sí, creo que Brahmar y sobre todo Arcadipane es totalmente impermeable frente a la ideología, es un personaje totalmente apolítico en el sentido más interesante del campo. Es una persona para la cual los hechos son los únicos que cuentan. Entonces, si se encuentran estos huesos y estos huesos parecen más bien remitirse, pertenecer a la época de los años 70, pues eso es algo que él no puede pasar por alto.
—Vamos con el personaje, con Arcadipane. Tiene una psicóloga loca, 100 euros menos, una hija en lágrimas, una polla que no se le levanta, una mujer que empieza a detestarlo y apenas un puñado de caramelos en el bolsillo.
Sí, creo que Arcadipane es un personaje que está apegado, cuya vida depende de un hilo, ¿no? Es como un náufrago que está en el agua y está agazapado a un barril, y este barril es su trabajo no por un tema de salario, ni por un tema de carrera, sino porque realmente el trabajo es el único lugar donde él siente que su talento y su cerebro son premiados. Su vinculación con la vida porque también es una persona que es un desastre en sus relaciones interpersonales, inclusive a las personas a las que quiere mucho. Y es por esto que su trabajo es el único lugar donde se siente plenamente realizado.
—¿Puedes seguir encubriendo la historia con huesos color verdusco?
Se puede, pero el resultado redunda en que justamente nunca se llega a sepultar estos huesos. Es como esas películas de fantasmas, que son esos seres que se encuentran en el mundo de los vivos y de los muertos. Y se encuentran justamente en ese mundo intermedio porque no han llegado a resolver algún tema. Y hasta que no lo resuelvan, tampoco liberarán a los vivos de su presencia. Esto es lo que sucede en algunos países.
—Una bestia siempre tiene zarpas, tarde o temprano dejarán de ser jóvenes.
Sí, yo creo que cuando vemos a los niños jugando o inclusive la cría de distintos animales jugando, cuando vemos cómo luchan entre ellos nos damos cuenta de que esta lucha justamente es una parte muy especial de su educación, es una suerte de actividad física que les permite crecer. Pero hay un momento determinado en el cual esa lucha ya se convierte, deja de ser un juego y se convierte en una guerra. Que tiene una serie de consecuencias.
Y es muy importante identificar cuándo se produce ese movimiento.
Yo creo que para los animales siempre queda muy claro, ¿no? Cuando están en juego, cuando luego ese juego tiene que ver con la protección del territorio, es algo sobre lo que tienen una enorme claridad. Sin embargo, en el caso de estas personas jóvenes que participan en la lucha armada, a veces se quedan atrapadas en esa zona intermedia. Es decir, dónde entienden que lo que están haciendo es que reparten fuego y también donde no son capaces de comprender cabalmente las repercusiones que sus acciones pueden tener sobre la vida de los demás y sobre sus propias vidas.
Cuando me refiero a esa generación de gente joven, estoy hablando de gente que tenía unos 20, 25 años y que luego pasaron 20, 25, 30 años en prisión y por lo tanto acabaron con sus propias vidas y ya ni siquiera decirte con la vida. de las víctimas y la vida de los familiares de las víctimas.
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