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«Era un hombre tremendamente angustiado y atormentado, y con un interior muy complejo que buscaba escapar de sí mismo»

«Era un hombre tremendamente angustiado y atormentado, y con un interior muy complejo que buscaba escapar de sí mismo»

"El enigma Paco de Lucía" César Suárez (ed.B)

domingo 21 de enero de 2024, 12:49h
"Lo que lo que me pregunto en el libro es qué pudo sentir él y si pudo anticiparlo de alguna manera"
Los hombres que nacen junto al mar son distintos a los hombres que nacen tierra adentro. Son más soñadores, con un sentido de libertad diferente. El paisaje de nacimiento de esta cita, con César Suárez, está entre dos aguas, el Mediterráneo y el Atlántico, los dos mares de Algeciras. El enigma de Paco de Lucía, porque hablar de Paco de Lucía es hablar "Entre dos aguas".

Totalmente y hablar del mar si hay algo que a él le liberaba de esa angustia interior que tenía y de esa insatisfacción creativa era el mar. Entrar en el mar, pescar, salir con un rostro pleno, con un pargo recién pescado, eso era lo que más le llevaba a evadirse y a su mayor satisfacción.

—Digamos que en el mar le alejaba de la vida y que de alguna forma todas sus dudas se quedaban en la tierra porque estábamos hablando fuera del micrófono que no se trata de una biografía al uso ni de un recopilatorio de anécdotas. se trata de ir un poco más allá, quiero decir las cosas que le sucedieron a Paco o que él provocaba tenían un porqué y eso es un poco lo que entiendo que has intentado de contar o de indagar.

Sí, a mí cuando empiezo a hacer entrevistas y a investigar para este libro, pues lo primero que me dicen y que me sorprende es que era un hombre tremendamente angustiado y atormentado y con un interior muy complejo, que buscaba escapar de sí mismo. Se sentía un impostor cuando, que es una cosa sorprendente cuando todo el mundo dentro y fuera del flamenco le considera un genio, entonces de dónde proviene esa insatisfacción, ese sentimiento y a la vez cómo busca evadirse de sí mismo.

—Se sintió un impostor entre otras muchas cosas porque era la primera vez que un guitarrista destacaba por encima del cantante y él sentía ese síndrome de impostor.

Es que Paco hace muchas cosas por primera vez, hace cosas totalmente inéditas en el flamenco, no sólo con la guitarra por supuesto; era increíble ver a un flamenco hablando inglés con Ravi Shankar o después con Al di Meola o con Matthew Laffin o juntarse con músicos que tocaban la flauta o el bajo. Hace un flamenco que cita a Ortega y Gasset; esa inquietud, esa curiosidad de Paco es algo que trasciende el flamenco. Él decía que la guitarra es la parte intelectual del flamenco.

Entonces su propia genialidad, su dominio técnico tan temprano gracias a la severidad de su padre que siempre agradece y que no debió ser fácil sobrevivir a eso y transformarlo en algo positivo que no creara un trauma porque todo eso son elementos que se añaden a su complejidad y a su inteligencia natural y a su sensibilidad para captar muchísimas cosas.

—Rompe también con muchos símbolos porque tú ves a Paco de Lucía antes de que empiece a interpretar ninguna pieza, empieza a tocar la guitarra, solamente la postura que toma a mí me llama mucha la atención. Esa pierna cruzada, ese quitarse la chaqueta, esa forma de ponerse a interpretar, tuvo muchas críticas, y más en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, que quizás fuera la primera vez que hizo eso, ¿no?

Sí, y le daba mucho miedo, que es otra de sus complejas atracciones, ¿no? como un hombre que se declara profundamente tímido, que le avergonzaba hablar delante de más de dos personas, que se escondía detrás de su guitarra que luego aprende a manejar esa timidez, ¿no?

—¿Cómo se salta esos cánones, esos patrones tan establecidos y tan cerrados del flamenco? no solo cruzar la pierna, sino quitarse la chaqueta y salir sin el típico chaqueta negra, camisa blanca, o incorporar elementos al flamenco de armonía, que se queda todo el mundo con la boca abierta. él tiene esa ambición, él dice que el flamenco tiene un lenguaje limitado y ve las posibilidades que hay más allá.

La primera entrevista que le hace Jesús Quintero. El programa era “la hora de…”, y en este caso era la guitarra de Paco de Lucía, una entrevista que habían preparado en un taxi, y la verdad es que la frescura con la que él responde o intenta encontrar una respuesta. no necesita ninguna preparación. Por ejemplo, una de las preguntas: ¿eres tan bueno como dices o abundan los mediocres? Entonces, bueno, pues la respuesta que da yo creo que es, no digo que sea la correcta, pero sí que creo que es la que le va a formar como persona de cara al resto de la gente, ¿no? Eso por un lado. Y luego el tema de las manos, la importancia de las manos a la hora de tocarla. Dice, «las dos manos son importantes. Una es la que busca; la inteligente y la otra la derecha es la que ejecuta» esto trajo sus consecuencias.

— Sí, dos meses después le pegan una paliza en la Gran Vía. Era un periodo complicado en España, esa década de los 70 y a la vez alucinante, creo que hay muchísimo todavía por contar de esos años de tantos flamencos que vienen a Madrid desde que empiezan aquí a florecer tablaos y la vida que llevan, se ha hecho en alguna serie, pero creo que ahí hay un mundo que es muy narrable y muy atractivo. Y bueno, pues esa declaración de Paco que me decías, pues le causa problemas, que por supuesto; no tenía una intención de causar ningún efecto. Era una época muy sensible, ríete de la sensibilidad ahora, ¿no? Y gracias a Dios en esa paliza que le dieron, pues no, le pisaron las manos y tal y no pasó nada.

No le gustaba mucho expresarse, ahora; tenía una capacidad sintética a la hora de transmitir alguna idea, de contar cómo era lo que él sentía con la guitarra, de hacer reflexiones que por supuesto en el flamenco nadie hacía eso.

—Jesús Quintero es su mentor, su manager, él creyó en él a pies juntillas en esta obra precisamente, en esta “Entre dos aguas” y así fue, tuvo un éxito rotundo, éxito que Paco tuvo que aprender a digerir.

Sí; de hecho cuando sale el disco “Fuente y Caudal” que es en 1973 Paco ya había grabado varios discos en solitario y es muy conocido en el mundo del flamenco.

Para empezar, el primer disco que graba, la fabulosa guitarra de Paco Lucía, que es una maravilla. Todavía no ha comenzado a descubrir ese lenguaje que vemos ya, empezamos a ver en Fonte y Caudal, pero está en desarrollo.

"Fuente y Caudal", como decía, pasa desapercibido, la discográfica lo va a descatalogar pero era un momento muy bueno para el flamenco y para la guitarra ya habían salido “Las Grecas” que a Paco y a “Camarón” le gustaban mucho, iban a verlas cuando actuaban por la noche. Manolo Sanlúcar todavía no había sacado “Caballo Negro” pero lo saca inmediatamente después de “Entre dos aguas” había un movimiento ya de nuevos flamencos: “Enrique Morente, Fosforito, Serranito” claro, también estaba ahí y había ya un movimiento que Paco es el que mejor entiende, y Quintero se da cuenta de eso, que es el momento de sacar un disco de guitarra, que por qué no va a triunfar Paco como lo hace Rafael o como lo hace Julio Iglesias.

Entonces Paco dice, pero: en el flamenco esto no existe, o sea, el flamenco es una cosa nuestra y un flamenco no puede ser pop o popular, ¿no? Y claro, le dice Quintero, tú déjame, ¿eh? Y empieza a programar “Entre dos aguas” en radios, en discotecas y se convierte en una cosa que Paco, como él dice, no está preparado para ese día y lo lleva mal siempre lleva mal lleva muy mal el tema de la fama, él sigue pensando que no vale para tanto lo que hace.

—Paco y Camarón: dos grandes juntos.

De su relación a mí me interesa mucho en cómo es su amistad porque no es una amistad formada a partir de de compartir gustos o hobbies o aficiones en ese sentido no tenía nada que ver ni siquiera siendo los dos de Cádiz de un mundo flamenco y Paco se crió en un barrio de mayoría gitana y no tenían esa... pero tenían una conexión espiritual en el sentido de que se entendían con una mirada, con una risa, con un gesto, con un vacile.

—Hay una cosa curiosa que me apetece comentar y es que Camarón y Paco, sobre todo Camarón, cuando alguien se ponía a hablar mientras ellos estaban interpretando, directamente se levantaban y se marchaban. Yo creo que es una cosa que deberíamos tener muy en cuenta cuando estamos en el teatro, que no nos acordamos que hay que apagar el teléfono o no nos tenemos que poner hablar.

Sí. Bueno porque él considera también que era una falta de respeto. Totalmente. Y en un ambiente como el de un tablao en el que tienes que estar muy concentrado porque tienes que llevar un compás, un ritmo, cualquier cosa te puede distraer como esa gente que da palmas, se pone a dar palmas como si fueran los palmeros.

— Casilda: “deja ya de ronear y toca algo si es que vas a tocar” fue uno de los primeros veces que se vieron.

Paco pasaba fuera, más de diez meses. Como padre Paco ejerció poco. Como a Paco todo el mundo le imponía mucho respeto porque era serio y tenía esa mirada tan fulminante. Alejandro Sanz me dijo que Paco con una mirada te quitaba todas las pamplinas. Tú ibas y te echaba una mirada de esa, medio pica, era medio desconfiada pero severa. Y entonces esta frase que decía de Casilda al principio, a Paco le hizo mucha gracia y le cautivó porque nadie se atrevía a tratarle así. Todo lo que fuera saltarle al respeto de alguna manera, saltarse ese protocolo y lo que fuera sobre todo cómico, le gustaba mucho. Pero sí que su ritmo de vida le lleva a alejarse de su familia y aunque la tiene presente pues bueno eso claro eso causa un problema en la relación . Yo cuento en el libro como me decía Casilda que tenían su relación era de una complicidad al principio, de una complicidad, de una conversación continua, de una comunicación maravillosa, estaban muy compenetrados y eran una pareja muy cool, si ves fotos de la época. Su boda sale en la portada de Lola.

—¿Cómo ves a Casilda cuando has hablado con ella?

Yo creo que es la parte más humana. Casilda Varela es una señora fascinante, que además ha vivido y te cuenta con una brillantez, esos años finales de los 60, años 70 en el que coinciden tantas figuras, pues cuando habla de Gades, por ejemplo, bueno todo este mundo donde todo estaba muy enraizado, mucho más mezclado, tú salías, ibas a un bar, un tablado y coincidías con universitarios, con flamencos, con andaluces, con gente, con políticos, con abogados… estaba la diversión o el caldo cultural menos marcado o con menos fronteras que ahora.,

—Se cumplen 10 años de su muerte, muerte en la playa del Carmen con Gabriela, con su segunda mujer, y como decíamos fuera de micrófono, fue una muerte, vamos a decir, temprana, inesperada, increíble cuando se trata de una persona con tantísima fuerza.

Hay un último capítulo en el que yo me documento muy bien sobre qué pasó exactamente. Hablo con Juan D'Angélica que es un guitarrista que él tenía ahí muy cerca y que le ayudaba en el estudio con los asuntos técnicos y que graba con él y me cuenta exactamente cómo fue y claro por supuesto nadie lo desea y es una sorpresa y algo arrepentido tenía 66 años. Yo sobre todo más que por el cuento, cuento cómo fue y claro pudo ser inevitable pero como puede ser evitable otra muerte, eso no se puede revisar.

Pero sobre todo lo que lo que me pregunto en el libro es qué pudo sentir él y si pudo anticiparlo de alguna manera, porque sí es cierto que en las imágenes de Paco en los últimos años, tiene una decadencia física sobre todo en su rostro muy notable. De cansancio, de fatiga, comparado con la brillantez, ese magnetismo que tiene en los años anteriores o más joven y preguntó mucho por eso, si uno puede anticipar de alguna manera o prever que le puede pasar esto o si tenía algún síntoma. Camarón, por ejemplo, esto no se sabe mucho, pero creo que él de alguna manera sabía que iba a morir joven. Con la vida que llevo los últimos años no era complicado ni adivinarlo.

Pero su padre murió joven, tenía un problema de asma. Pero Paco tenía un seguimiento médico continuo y estaba controlada en ese sentido y de hecho estuvo de gira, terminó una gira en Chile y había dejado de fumar apenas dos meses y medio eso le creaba también mucha ansiedad pero yo he preguntado sobre todo por eso, que pensaba él de... Y él le quitaba trascendencia. Lo que quería era seguir haciendo música y sobre todo seguir pues mostrando el camino, ya que el resto de los músicos flamencos les señalaban como el gurú algo que a él le cargaba mucho, esa responsabilidad y de la que no podía desprenderse.

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