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«He querido tirar los dados, ser el azar de mis personajes y colocarlos en un lugar equivocado»
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«He querido tirar los dados, ser el azar de mis personajes y colocarlos en un lugar equivocado»

"El hijo olvidado" Mikel Santiago (ed.B)

miércoles 14 de febrero de 2024, 10:05h
"Una situación aleatoria ha llevado a una persona a una situación terrible. Su gran ventaja: no ser invisible"
Rosa pasa página, charla con Mikel Santiago a propósito de su última novela publicada “El hijo olvidado” . El autor de la “Trilogía de Ilumbe” con más de 500.000 ejemplares vendidos, vuelve con un thriller ambientado en el corazón del País Vasco.

Una ola demasiado grande me sorprendió y me caló hasta las rodillas, aunque apenas noté el frío. Acababa de darme un baño en el mar, tenía el cuerpo atemperado, el corazón lento y la mente clara. Respire hondo. ¿Qué acabas de decir? Que ha matado a un hombre.

P.—Esta introducción me lleva siempre al mar, lógicamente, y me lleva al lugar donde vives. Me pregunto si de no estar próximo al mar, ¿cómo sería el enfoque de cualquier novela?

R.— Pues claramente diferente, yo creo que en mi vida la costa, el horizonte, el mar, es siempre omnipresente.

Yo nací en un pueblo que se llama Portugalete, que está en la desembocadura de la ría del Nervión, y después siempre he estado orbitando alrededor de las playas, de la costa, tengo esta atracción por esa línea recta que es el horizonte, y no me puedo estar mucho rato lejos de él.

Yo creo que eso en lo que utilizamos los escritores, la paleta de colores que usamos para pintar nuestras obras, el paisaje donde uno ha crecido es súper importante.

P.—Si alguien de tu familia te llama para decirte algo parecido a lo que acabo de leer, ¿qué pensarías?

R.—Bueno, no sé si podría pensar. Esta novela comienza con una de esas llamadas que nunca quieres recibir, que cuando empiezan a contártelo por teléfono caes en una especie de sensación de irrealidad. Creo que desafortunadamente todo el mundo que tiene cierta edad ya ha tenido alguna más o menos grave, pero este tipo de llamadas dejan fuera de juego a mi protagonista.

Él, tiene la ventaja de que en ese momento su cuerpo está tranquilo, está relajado y puede aceptar y puede encajar lo que le están diciendo, pero yo creo que toda esa primera secuencia del libro, sucede en esta especie de aura de realidad en la que suceden las noticias, las peores noticias. Y, lo que hace Orizaola en realidad es actuar, tiene la gran ventaja de que él puede actuar, él es un policía y cuando su hermana Mónica le dice que Denis, este sobrino al que no ve hace tanto tiempo, está acusado de un asesinato, está detenido en unos calabozos en una comisaría, él tiene la gran ventaja de que puede hacer algo, puede empezar a moverse, que yo creo que es una de las cosas que más nos consuelan ante cualquier tipo de fatalidad, poder movernos, poder ayudar de alguna manera.

P.—"Las gaviotas daban vueltas sobre las olas y estaba en trance. Me aferré a una vaga esperanza, un accidente de tráfico, algo involuntario": ¿el azar y la vida o ambas cosas?

R.—El azar a lo que dirige nuestras vidas. Siempre tenemos esta sensación de planeamiento, decimos que vivimos en un mundo, en un primer mundo seguro y de alguna manera predecible donde nos hemos esforzado en hacer que las cosas sean predecibles y poder hacer planos a largo plazo. Es un poco los cimientos de esta sociedad, el planear, pero es que la vida tiene sus propios datos y tiene sus propios giros de novela y el azar es absolutamente clave, todos lo sabemos, es una de las cosas que está en boca de todo el mundo, una de esas comidillas, una de esas frases o historias que te cuentan de aquél que iba un día por la calle o de aquél que salió un día de casa, entonces en esta novela yo he querido tirar los dados, ser el azar, he tirado los dados por mis personajes y les he colocado en una situación donde efectivamente el estar en ese momento equivocado, en ese sitio equivocado, que nada tenía que ver con tus planos, ni con quién eres, ni con lo que hiciste y mucho menos con la justicia, en la que creemos demasiado, la justicia de la vida pues te lleva a lo que te lleva, en este caso a Denis, a un calabozo.

P.—Justicia de la vida, acabas de decir. ¿Y la justicia ministerial?

R.— Pues sí, aquí en esta novela hay un trasfondo que me gusta mucho, que es como efectivamente una gran injusticia, una situación aleatoria ha llevado a una persona a una situación terrible, pero esa persona tiene una gran ventaja, y es que no es invisible , no es un ser humano solitario, no es una persona que se la va a llevar el viento. ¿Por qué? ¿Qué le agarra esta vida? Pues le agarra su familia. Son los que se van a preocupar por él y son los que al final luchan por corregir esto que ha provocado la fatalidad.

P.—En tu libro el fondo, digamos, o el tema principal sería la familia, en la que siempre acude al rescate. Hay familias que se distancian, sobre todo por herencias, casi siempre, por diferencias, por rencores, y a veces duran hasta que llega o está próximo el último suspiro de alguien.

R.—Efectivamente, ahí es cuando los lazos vibran y nos damos cuenta de tantas cosas. La familia es un tipo de relación humana, posiblemente la relación más compleja, la más difícil, pero claro, es la más leal, la más noble de todas en el fondo. También se extiende a todo lo que consideramos familia y todas esas personas con las que creamos verdaderos lazos, lazos profundos, que también deben ser considerados familia, no solo de sangre,.

P.— David contra un Goliat. El héroe representado por una familia.

R.— En realidad es una novela coral. Es un thriller, una novela de misterios, es una novela policial, es una novela de acción en la que Diego Orizaola es como la punta de lanza, pero después vamos a ver cómo se rodea él y una especie de pequeña familia que nace espontáneamente alrededor de todas las víctimas de este hecho que se está investigando, que es el gran enigma de la novela, que forman esta especie de alianza, alianza contra el mal y se forma en determinado momento de la novela se dice que se forma esa pequeña familia de héroes.

P.—¿Quién es la víctima?

R.—Hombre, aquí la víctima o lo que estamos representando es un inocente que se lo quiere tragar el sistema, un sistema, una conspiración, ha elegido un inocente. De hecho todos, no quiero destripar demasiado, pero todo el que pasa por aquí, al que le dan ticket en esta novela, por decirlo de alguna manera, es un gran inocente, es gente que es incapaz de comprender, los actos de un monstruo. En este caso, el malvado, el antagonista, el malo de la novela sí que tiene una razón de peso muy planificada para hacer lo que hace, pero las víctimas no entienden por qué son elegidas y esa es una de las circunstancias que agraba la investigación y hace que todo sea más difícil.

P.—Traje oscuro, barbita de hipster, anillo de casado muy limpio todavía, un abogado muy joven. Jorge Orestes.

R.—Jorge Orestes es un personaje de la vida también, es uno de esos personajes que aparecen por la vida, gente en la que no ponemos demasiadas esperanzas, muy institucional, muy política, porque él viene de su mundo, entra en este caso por oficio, de rebote, pero lentamente vamos a ver, es un personaje que tiene su pequeño arco, en el que él lentamente también va enfatizando con la situación y termina formando parte de la cuadrilla, vamos a decir, y bueno, lo visualizo perfectamente, lo he vivido a mi alrededor. Esta gente que apareció, estaba como en la segunda línea en determinados momentos, en determinadas situaciones, y después termina formando parte, y termina diciendo joder, al final, mira, el que menos pensabas terminó salvando la situación.

P.—Denise es el hijo que nunca tuvo, de alguna forma es lo que da título a tu novela, “El hijo olvidado”. Cuando adoptas a Denis, tienes ahí una relación que quieres ejercer de ser padre, pero en realidad no lo eres, y yo creo que el lazo de unión todavía es más fuerte, pero la implicación es distinta.

R.— Estoy muy de acuerdo con eso, una persona que no tiene esta implicación, le quieres enseñar cosas contar tus experiencias. Y claro, siendo una madre soltera, Mónica, la hermana de Aitor, un tío joven con toda la energía del mundo, pues este chaval durante unos cuantos años de su infancia tuvo un padre en Aitor. Y por varias razones empiezan a perderse un poco la pista.

..Y entonces, como has dicho al principio, cuando uno está casi a punto de irse al otro barrio o le pasa algo como que se va a la cárcel, de pronto es cuando la familia dice, espera un poco, a ver, ¿Qué hemos estado haciendo con esta persona? ¿Cómo es posible que haya terminado así? Y te haces todas estas preguntas y todo se las hace. ¿Cómo es posible? ¿Cómo no lo hemos podido ver? ¿La trayectoria que llevaba este chico?

P.—Parte de que él se declara inocente o no, es cierto que la vida que llevaba previamente era una vida curiosa.

R.— Denise se había ido de su casa, había viajado casi como un vagabundo con su mochila, termina viviendo en un almacén de surf. Se ve que es un chaval sensato, listo, que empieza a tener las ideas claras justo cuando le sucede esto y por eso Aitor tiene una doble implicación, tiene la implicación por defecto de cualquier familiar, además de ser policía, pero después tiene como una deuda con Denis, tiene esta deuda de decir por todo ese caso que no te hice, por esa pequeña traición de haberte dejado atrás, también te tengo que sacar de esto. Además Orizahola se enfrenta a un expediente disciplinario, a un divorcio y a unos hijos a los que educar, que es otro tema también interesante porque ya es difícil educar en una pareja estable como tener que hacerlo cuando estás separado…

P.—¿Cuánto y dónde nació esta novela, Miquel?

R.— Esta novela en realidad casi forma parte de un ritmo de vida que llevo teniendo desde hace diez años, que publiqué mi primera novela: “La última noche en Tremore Beach”, y a raíz de la cual yo comencé a profesionalizarme. Mi primera novela me dio la posibilidad, yo encontré un público, vamos a decir, que es posiblemente lo más difícil que puedes hacer como escritor, encontrar un público. Entonces esto me ayuda a profesionalizarme y claro, voy casi una novela por año y después de cualquier lanzamiento viene una promoción.

Y un día posiblemente en un aeropuerto, tengo como el sentimiento de que era Valencia, pero podría ser cualquier otro lugar al sur, quizás por eso, pues yo estaba con mi cuadernito y un café apuntando mis cosas y se me ocurrió la frase, es decir, bueno a ver, qué pasaría si te cae encima una incriminación, está todo en tu contra, y es una conspiración y tú eres inocente. Empieza a responder a esta pregunta…

P.—Te voy a hacer la última pregunta para descolocar a los oyentes. Está en tu libro, pero te lo hago a ti. ¿Te acuerdas el nombre de la persona que te besó por primera vez?

R.—Sí. Te puedo decir el nombre, no voy a decirte el apellido por la cosa de la primera vez, pero se llamaba Leire. ¡Qué buena pregunta! Muchas gracias, me encanta la pregunta.

Vamos a dejarlo ahí, no vamos a decir mucho más. Pero sí, mi caso fue Leire. Y fue un gran beso, la verdad. Un gran beso, lo recuerdo perfectamente. Me has descolocado del todo.

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