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«Me fascinaba que Alejandro Magno retrasara su regreso a casa»

«Me fascinaba que Alejandro Magno retrasara su regreso a casa»

"La sangre del padre" Alfonso Goizueta (ed.Planeta)

miércoles 08 de noviembre de 2023, 19:40h
"La belleza es coger un mundo y cambiarlo por completo"
El día que lo mataron no sintió nada, poco más que la indiferencia de un desconocido. Un capitán de la Guardia Real lo acuchilló, varias veces, durante la celebración de un triunfo frente a toda la corte. Su madre sí lloró, aunque ambos sintieron la misma indiferencia. Intentó buscar algún recuerdo que le arrancara una lágrima, pero se dio cuenta de que su memoria estaba vacía. "La sangre del padre, Finalista del Premio Planeta 2023, Alfonso Goizueta

—Enhorabuena de nuevo Alfonso, por este premio. Y para quienes tenemos hijos de tu edad, creo y considero que nunca se es demasiado joven para emprender y conseguir lo que se quiere.

Bueno, al parecer así ha sucedido. Ha sido muy inesperado, pero estoy muy contento con ello.

No creo que la edad sea un impedimento, ni por joven, ni por mayor tampoco. Pero las cosas vienen, cuando vienen he tenido mucha suerte también de que en este momento, con esta novela haya sucedido esto tan maravilloso. Y bueno, me ha pillado con 23 años, me podría haber pillado con 25 o con 35.

—La sangre que manó es pesa y humeante. Todos los pesares, los odios, las alegrías, que las había en Alejandro, se fueron volando en bandada. De Filipo II de Macedonia nunca supo lo que era el amor de un padre. Abro con esto también, porque creo que insistes en la novela en que lo más interesante no es la historia que se puede o no conocer sino cómo era Alejandro de niño, de adolescente y, esa falta de cariño de su padre con la que él creció.

Bueno, esa historia familiar de Alejandro a mí es lo que me fascinaba y también es un poco lo que me inspiró a escribir la novela, porque de Alejandro se conoce una anécdota famosa que es cuando los soldados ya por la India le pedían: por favor; vamos a volver a casa y él dijo no un mes más, un mes más y entonces esta idea del Alejandro que siempre quiso seguir conquistando, siempre quiso seguir avanzando, pero a mí lo que me divertía o lo que me inspiró fue la idea de por qué no quería regresar a casa, por qué quería poner tierra de por medio entre su casa y él mismo.

Y esa respuesta tenía que estar en su relación familiar, en la relación con su padre, en la relación con su madre también, tenemos que visualizarnos que Filipo de Macedonia se casó seis veces y Olimpia, la madre de Alejandro, fue una de las esposas. nada más y entonces pues en toda esta corte en la que la mujer quedaba apartada lo único a lo que se podía aferrar era a que ella había sido la madre de un heredero, pero podía haber más. Entonces es esta tensión constante entre un padre que tan pronto te ensalzaba como te podía repudiar en favor de un medio hermano que viniera.

—Olimpia, tenía ansiedad porque su hijo triunfara pero no era capaz de cortar el cordón umbilical del todo.

Bueno, eso es también un poco la parte de ficción, ¿no?. Esta relación tan cercana que había entre ellos, casi enfermiza, también motivada un poco porque Olimpia, que no era de Macedonia, siempre la tenían como una extranjera, y entonces, pues Alejandro en ese sentido también lo era, y cuando Filipo se casa una sexta vez con una noble de Macedonia y tiene unos hijos que sí son macedonios enteros pues debía sentir toda esta ansiedad de pensar que hay unos que tienen una sangre mejor que tú para heredar el trono. Y, entonences toda esta relación que había entre Alejandro y Olimpia también se explica en el fondo del personaje político de Olimpia queriendo sobrevivir en una corte muy hostil.

—Los hijos derraman sangre y coraje, incluso se arriesgan a la muerte inútil para probarse dignos de sus padres y aún así no consiguen ni siquiera una mirada orgullosa por su parte.

Yo me ponía también en la piel de este chico en ese momento, creo que tiene 16 años, justo antes de ir a la batalla. por primera vez y cómo él quiere conseguir la aprobación de su padre, de este padre que no es que no le quiera, pero le tiene muy apartado.

—Al final de la novela también hay un proceso de catarsis de cómo los hijos acaban entendiendo a los padres.

También ese es uno de los temas humanos que se tratan en la novela, la imagen que tienes de los padres en la adolescencia, en la juventud y luego cómo a lo largo de la vida pues vas entendiendo, vas cambiando muchas cosas. Vas comprendiendo por qué hicieron esto o lo otro.

—Su primera batalla, su primera gran victoria, Queronea.

Queronea, es el momento en el que Alejandro se estrena como gran militar que lo fue. Y esto, Alejandro político, Alejandro humano, es un terreno más sombrío pero desde luego como estratega militar ha tenido poca comparación en la historia.

Se sigue estudiando en las academias militares las estrategias de Alejandro y, Queronea; su primera batalla, Alejandro también se estrena haciendo la paz. Se estrena como un político y tiene este gesto precioso de llevarle a los atenienses, a los enemigos, las cenizas de los que habían muerto en Queronea y esas son las formas en las que se los atrae.

—La muerte es la única hacedora de hombres, bien debería acostumbrarse a ella.

Es una de esas grandes lecciones que le da Parmenión, este general que es heredado de Filipo, que luego Alejandro hereda en su gobierno de su padre y que siempre es un poco la voz de la razón más allá del mito, más allá de la parafernalia de la corte, de la corona, de los dioses.

Al final todos somos humanos, todos somos hombres y todos vamos a morir. Entonces no hay una diferencia.

—Has dicho que no es una novela al uso, es una novela en la que tu ficcionas cómo habría sido esa adolescencia y esa niñez. Aparte de documentarte muchísimo. En esta historia como digo no me parece que hayas rellenado huecos, sino que has inventado o cómo te gustaría o cómo crees que sería este personaje.

Sí, exacto. Además, la historia antigua es en ese sentido más fácil porque no tenemos una correspondencia personal de Alejandro, que es algo que todos los historiadores vemos cuando quieres entender un poco cómo pensaba un personaje, cómo era su carácter o su vida más interior de Alejandro. Nació el mito casi antes que su propia historia. No es que sean huecos, como tú has dicho, pero es un territorio en el que no sabemos nada, solo podemos entender lo que podría ser históricamente verosímil. Y entonces, pues a mí me cuadraba que este chico que había sido educado por Aristóteles, que tenía esta relación familiar tan tormentosa en un entorno político familiar en la corte muy hostil, pues desarrollara una serie de dudas, una serie de miedos, una serie de aspiraciones, de deseos, y eso es lo que es históricamente, yo creo, verosímil, pero no comprobable, porque no hay unas fuentes que nos atestiguen que Alejandro era así.

—Barcine y Alejandro, entre ellos fue creciendo su amistad. Ella le contaba historias a Alejandro, historias que servían en principio para distraer esos miedos de adolescencia para quizás no abandonar del todo la niñez.

Bueno, es que Alejandro se sitúa en este momento en el que son los problemas, yo creo, atemporales, que son humanos, ¿no? Cuando creces y te sientes que ya no eres niño, pero tampoco eres hombre adulto, y entonces te da siempre un vértigo pues abandonar... En el fondo es un vértigo lo rápido que está pasando el tiempo. Y esa amistad de Barsine también a mí me servía un poco para introducir a Alejandro al mundo oriental. Se hizo amiga y amante también de Alejandro más adelante. Ella debía de traer consigo el recuerdo de un mundo que para Alejandro no existía más que lo que su amiga le pudiera contar y entonces luego todo ese oriente que él se encuentra. Es apasionante.

—La muerte de Eurícide y sus hijos degollados. Bueno, es un capítulo que se intuye todo, que se vive y aparte de que hablemos de ello, me gustaría preguntarte, porque al hablar de niños degollados, es inevitable pensar en lo que está pasando. Me interesa mucho tu opinión.

Bueno, no lo he escrito hace poco pero es verdaderamente horrible lo que que oímos en el Oriente Próximo, además de un oriente que Alejandro caminó.

Alejandro estuvo en Gaza, estuvo también en Jerusalén, pues bueno es esa historia de ese poder, de esa sed de poder que también es una, no es una sed de sangre pero es una sed de poder que se sacia con sangre y cómo fue todo una operación de Olimpia, pensar que a la muerte de Filipo había dos niños, porque estaban casi recién nacidos, que tenían un derecho al trono y encima un derecho incluso mejor que el de Alejandro por ser macedonios enteros, pues era un obstáculo que había que acabar con él. Ya lo creo.

Y la otra parte de mi pregunta…el hombre es capaz de hacer las mejores cosas, pero también las más terribles. ¿el horror de esos niños degollados en el mundo actual?

Sigue la entrevista en Spotify o Youtube.

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