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«Invito al lector a resolver el misterio de Hannah Larson. Que lo resuelva uno… o el otro»

«Invito al lector a resolver el misterio de Hannah Larson. Que lo resuelva uno… o el otro»

"El misterio de Hannah Larson" Alexandre Escrivà (Alfaguara)

miércoles 06 de agosto de 2025, 09:46h
"La verdad nunca es absoluta"
Alexandre Escrivá, autor destacado, presenta su última novela, "El misterio de Hannah Larson" una apasionante historia de crímenes y misterios que atrapa desde la primera página. En ella, el célebre periodista de crímenes reales Patrick Howard se quita la vida en directo durante el programa con mayor audiencia de Estados Unidos. Este suicidio, rodeado de incógnitas, da paso a un joven detective que deberá enfrentar su primera investigación. Además, Howard había escrito justo antes de morir un libro sobre un caso sin resolver, que será clave en la trama. Ahora, la entrevista con Rosa Pasa Página.

P.—¿Por qué decidiste comenzar la novela con un suicidio tan impactante?
R.— Venía de publicar el último caso de William Parker, que también comenzaba con una escena potente: una cabeza cortada en medio de la calle, un escenario macabro. Quería alejarme de ese planteamiento inicial, así que cambié de protagonista. En la primera novela era un inspector de policía experimentado; en esta, es un detective que acaba de ingresar en el grupo de homicidios.
También quería alejarme del tipo de crimen. Esta vez se trata de un suicidio, pero no quería que quedara a medio camino. Buscaba un inicio fuerte, que atrapara al lector desde las primeras páginas. Pensé en los programas late night con gran audiencia y se me ocurrió que el suicidio ocurriera en directo.
A partir de ahí, lo que parece un suicidio comienza a revelar que hay mucho más detrás. La trama se va ramificando y la historia se complica.
P.—La novela incluye un libro dentro del libro. ¿Cómo surgió esta estructura?
R.— Siempre me ha interesado ese recurso. Recuerdo que, en mi adolescencia, empecé a descubrir qué lecturas me gustaban. Mi madre, gran lectora, me pasaba sus libros. A los 14 años descubrí a Agatha Christie y luego a Carlos Ruiz Zafón.
De Christie me atrajo el misterio; de Zafón, el concepto de libros que hablan de libros. Me fascinó la metaliteratura. La sombra del viento, por ejemplo, con la búsqueda de un escritor y un libro maldito, me marcó mucho. Tenía muchas ganas de escribir una historia así.
Cuando surgió la idea de El misterio Hannah Larson, quise incluir ese elemento. Patrick Howard no es un novelista, sino un periodista especializado en true crime. Tiene un programa sobre crímenes reales y escribe sobre los casos más relevantes.
Me pareció interesante que parte de la novela, una subtrama, estuviera narrada a través de capítulos inéditos de un libro suyo que nunca llegó a publicarse.
P.—¿Qué lleva a sospechar que no fue un suicidio?
R.— El hecho de que ocurra en directo durante un programa muy visto ya es llamativo. Además, se trata de un periodista muy conocido. Eso hace que la policía quiera investigar con profundidad, por la repercusión pública.
Los antiguos compañeros de Patrick también empiezan a expresar dudas: conocían bien a la persona y no les cuadra que tomara esa decisión. Todos los cercanos a él aseguran que no lo esperaban.
Entonces surge la sospecha de que podría haber algo más detrás. Se descubre que Patrick estaba trabajando en una investigación en curso. Puede que hubiera información que alguien no quería que saliera a la luz.

P.—¿Quién se encarga de la investigación en la novela?
R.— La investigación recae en Alison Gess, una detective que acaba de incorporarse al grupo de homicidios. Es novata y arrastra un fuerte síndrome del impostor. Siempre ha querido ser detective, pero es hiperresponsable, con un entorno familiar muy cercano, y le cuesta delegar tanto en su vida personal como profesional.
Aunque al principio el caso parece sencillo —un suicidio en directo— pronto se descubre que hay mucho más detrás. La historia se convierte en una investigación dentro de otra, igual que el libro contiene otro libro.
Alison duda de su capacidad, aunque quienes la rodean sí creen en ella. Esa inseguridad se convierte en un obstáculo, y en ciertos momentos dificulta su avance. A medida que investiga la muerte de Patrick, va descubriendo capítulos del pasado del propio Patrick, que estaba trabajando en un caso sin resolver: la muerte de Hannah Larson en 1993.
Estos capítulos forman parte de un libro inédito escrito por él. Como periodista, Patrick no tenía toda la información, así que parte del contenido es una reconstrucción basada en hechos, pero también en interpretación. Así, poco a poco, se va desvelando qué ocurrió realmente con Hannah Larson.
P.—¿La novela cuestiona también las versiones oficiales del caso?
R.— Sí. El caso de Hannah Larson se cerró en 1993 por falta de pruebas, aunque hubo tres sospechosos muy relevantes: un sacerdote, un candidato a la alcaldía de Nueva York y un policía.
Esto no se menciona en la sinopsis, pero lo comparto aquí. La repercusión mediática fue enorme, la opinión pública se volcó en el caso, pero la investigación se estancó y se archivó.
En 2016, cuando transcurre la historia principal, Patrick Howard recibe información sobre ese antiguo caso y decide escribir sobre él. A partir de ahí, se desencadena todo lo que lleva a su suicidio, que marca el inicio de la novela.
P.—¿Está basada en un hecho real?
R.— No, no en nuestra realidad. Pero dentro del universo de la novela, es un hecho completamente real. Se trata de una ficción, no está inspirada en ningún caso concreto.

P.—En la novela afirmas que conocer la verdad puede hacerte desaparecer. ¿Por qué?
R.— Porque la verdad nunca es absoluta. Puede interpretarse de muchas formas, desde distintas perspectivas. Según desde dónde se mire —o desde qué punto se empiece a leer esta historia— se llega a una verdad distinta.
Además, tener acceso a la verdad implica una responsabilidad. Hay personajes que, incluso conociéndola, deciden ocultarla: por interés personal o para proteger a otros.
Patrick, que era el conductor de un programa sobre crímenes sin resolver, también se enfrenta a esa ambigüedad. La prensa, muchas veces, se siente atraída por estos casos olvidados, por lo que está enterrado, y eso plantea dilemas éticos. ¿Hasta qué punto la prensa tiene parte de culpa al reactivar una desaparición, al recrear el crimen y generar expectativas en el entorno de la víctima?
P.—¿La novela también reflexiona sobre el papel de la prensa en estos casos?
R.— Sí, desde la mirada de Patrick, que decide investigar el crimen de Hannah Larson porque cree que la verdad debe salir a la luz. Él ha estado interesado en este tipo de casos desde joven.
No lo tuvo fácil. Empezó desde abajo, leyendo sobre crímenes y estudiando periodismo, a pesar de las críticas de su entorno, que le decía que no tenía futuro. Aun así, siguió adelante y logró tener su propio programa y publicar libros.
Pero lo que para él era una búsqueda de justicia, para otros era una amenaza. Muchos personajes ven su trabajo como algo que remueve el pasado, que vuelve a sacar a la luz situaciones que algunos preferirían olvidar.
Imagina ser una de las personas señaladas como sospechosas de un crimen que no cometiste. Años después, ese caso vuelve a abrirse, alguien escribe sobre ello, y tu nombre vuelve a aparecer. Es lógico que no quieras que eso suceda.
P.—La culpa está presente en muchos personajes. ¿Qué papel juega en la novela?
R.— Creo que la culpa es algo que todos llevamos dentro, por una razón u otra. Cada uno la vive a su manera, y depende de la historia personal, se manifiesta de forma distinta. Hay personajes que intentan esconder su pasado, aunque no necesariamente hayan hecho algo condenable. Otros, en cambio, asumen sus actos sin esconderse, aunque sepan que eso puede tener consecuencias. Dicen: "Esto es lo que hice, esta es mi verdad", y la enfrentan.
P.—¿Y cómo se relaciona la culpa con el poder?
R.— El poder también es un tema muy presente. Aunque no me propuse hacer una crítica social directa, la novela negra siempre permite reflejar la sociedad en la que vivimos. Así que dejé pequeñas pinceladas de diferentes cuestiones —entre ellas, el poder— y dejo que el lector las interprete. El poder, cuando se entrelaza con la culpa, puede volverse aún más oscuro. Hay personajes que han utilizado su posición para protegerse o manipular lo ocurrido.
P.—¿Cómo evoluciona la relación entre el entorno cercano a la víctima y aquellos que están más alejados?
R.— Hay una clara progresión. Las personas más cercanas a Patrick están devastadas, no entienden cómo pudo llegar a ese punto. Pero también hay quienes solo lo conocían superficialmente y, por tanto, lo perciben de forma distante, casi indiferente.
Esa diferencia se refleja en cómo cada uno aborda la noticia de su muerte, especialmente si sospechan que Patrick estaba a punto de revelar algo que podría afectarles. A lo largo de la novela, los personajes —especialmente los principales— tienen un arco de transformación. Puede que los secundarios no evolucionen tanto, pero mi intención fue que todos resultaran lo más reales posible.
P.—¿La verdad siempre sale a la luz?
R.— No. No siempre.
P.—¿Y qué pasa con la herencia emocional? ¿Se hereda la culpa?
R.— Buena pregunta. Muchas veces sí. No en todos los casos, claro, depende de la personalidad de cada uno. Pero todo lo que vivimos, lo que oímos, lo que vemos, acaba influyéndonos. Y muchas veces arrastramos culpas que ni siquiera son nuestras.
Hannah investigaba una muerte no resuelta, y esa búsqueda terminó por atraparla. Cuando intentó ir más allá, no pudo con el peso de lo que descubría. En el entorno de una víctima sin justicia, como Hannah, suele quedar esa culpa silenciosa de no haber visto lo que estaba ocurriendo, de no haber estado a la altura.
Eso también afecta a los que la rodeaban. La policía, e incluso Patrick, acaban descubriendo cosas que su familia desconocía. Y cuando eso ocurre, muchos se preguntan: ¿Y si hubiera estado allí? ¿Y si la hubiera apoyado más?
P.—Eso tiene que ser muy duro.
R.— Lo es. Especialmente cuando, en un principio, todo se presenta como un suicidio. Y, sin embargo, detrás hay mucho más.
Así que, Alessandre, me honra poder decirte que El misterio de Hannah Larson está ahí para ser resuelto. Invito a los lectores a hacerlo: que lo resuelva uno... o que lo resuelva el otro.
Escucha la entrevista completa en Spotify y Youtube
Entrevista: Rosa Sánchez de la Vega
Editor: Manuel Muñoz

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