Un tirador siembra el pánico en el parque zoológico de Valencia, un criminal oculto que pretende aniquilar los ejemplares más bellos de otras especies. Otro animal de la especie humana, una apasionada veterinaria, trata de proteger a los seres que ama, la especie animal. Comienza la investigación de una muerte violenta, pero el código penal no contempla que matar a un animal pueda considerarse un asesinato.Rosa pasa página charla con Manuel Ríos San Martín sobre "El olor del miedo" novela recién publicada por Editorial Planeta.
Un animal no racional no sabe que algún día morirá, pero sí tiene miedo a la muerte cuando siente que va a ser devorado.
—Cuando la especie humana está en una situación de peligro, frente a otro animal, intentamos hacerle entender de alguna manera que no nos ataque. ¿Tenemos miedo a los animales de otras especies y lo revestimos con respeto?.
En parte decidí escribir una novela que tuviera el trasfondo de los animales porque creo que no los entendemos bien. Por un lado hay gente que les tiene miedo y por otro los idealizamos excesivamente. Creo que hay que hacer una reflexión un poco más seria y más profunda y la clave me la dio Juan Luis Arsuaga afirmando que “los animales no se parecen a nosotros, sino que nosotros somos los que nos parecemos a ellos” y a mí eso me dio la clave total en los comportamientos de los animales, ya sea del miedo que ellos mismos tienen, del amor, de la justicia…
Vemos comportamientos en los animales de los que nosotros hemos evolucionado.
—Muere de un disparo “Blanca” la elefanta albina, un ejemplar único y símbolo principal del zoo. Un ser vivo. Un animal no racional ha sido asesinado pero según el código penal, solo se asesina a las personas.
Que no se considere asesinato, no significa que no se investigue. La UDEV se encarga de ello. JP y Violeta dos personajes de ficción. Él, es un viejo rockero, un tipo duro, un poco de otra época, de mucho recorrido en criminología, y hace que se replantee si no es buen policía para haber acabado investigando la muerte violenta de un “bicho”.
Violeta es un contrapeso muy bueno porque es una chica muy joven que acaba de empezar, respetuosa. Al principio no se atreve a decir casi nada porque él es un tipo con mucha experiencia.
—Un niño que maltrata a un animal, será un maltratador de adulto.
Yo diría que es al revés, no un niño porque haya hecho alguna barbaridad con algún animal va a ser un psicópata, pero sí que es muy normal que los psicópatas hayan empezado haciendo barbaridades a los animales.
—¿Tiene mucho que ver la mentalidad con la que encasillamos a un animal? Nos creemos que un animal es un objeto, un juguete al que podemos romper, tirar o abandonar cuando nos cansemos de él.
Hay que hacer entender al niño que el animal también sufre cuando se le hace daño y creo que es muy educativo y muy útil para la socialización en la infancia.
--Vamos con otro personaje. Hembra humana de 27 años.
El narrador habla de los humanos y los animales un poco poniéndolos al mismo nivel. Es un pequeño guiño que yo creo, que el que lo pille, le va a divertir.
A diferencia de mis anteriores novelas, quería que una de las personas de alguna manera pudiera ser considerada víctima de lo que ha ocurrido, se implicase en la investigación. Necesitaba que fuese una novela un poquito más emocional. Elena es la veterinaria del zoo y de la elefanta, y no le parece que la investigación que sigue la policía sea la correcta y decide hacerla por su cuenta, saltándose las normas y poniendo su vida en peligro. Aunque sea incluso ilegal.
—Este asesinato genera revuelo e interés y no hay mejor herramienta que las redes sociales para incendiarlo.Un animal debe vivir mejor en libertad que un parque zoológico .
Es un tema polémico y complicado que habría que debatir en profundidad. Los animales que están en los zoológicos no han sido capturados para ello. Algunos vienen de otros zoológicos, de circos, del tráfico ilegal. Están privados de libertad, pero muchos de ellos no podrían volver a su hábitat. Me pregunto ¿qué es más importante correr un poquito más o un poquito menos, o no tener miedo y que no haya depredadores?
Nosotros mismos vivimos cautivos en ciudades. En la prehistoria teníamos miedo a vivir a campo abierto y nos metimos en pequeños zoológicos que son las ciudades. Aunque cuidado, esto no es tan simple.
El tema de los zoológicos es polémico y complicado que habría que debatir en profundidad. Pero está claro que la tarea divulgativa de la sociedad está en la naturaleza.
—Tenemos otra hembra humana de 50 años, Cristina, pareja de Elena, y Sidy, amante de la veterinaria. Triángulo amoroso.
Elena es una veterinaria amante de los animales y Cristina tiene fobia a los animales. A mí siempre me gusta poner a mis personajes un poco contra las cuerdas. La novela arranca así, con las dos personas, las dos chicas entrando en estos cobijos gigantescos viendo a los elefantes. Una aterrada por los elefantes y la otra ilusionadisima enseñándoselo. Y cuando sacan a los animales a los hábitats abiertos, delante ya de todos los niños y de todos los visitantes, es justo cuando la elefanta recibe el disparo.
Sidy comparte la pasión de Elena por el cuidado y protección de los animales. Es su fiel escudero, y será su apoyo en la investigación, sin perder nunca la ocasión de mostrar su amor y su pasión por ella.
–Transmitir los genes como imperativo de la naturaleza.
Estamos tan evolucionados que podemos hacer lo que queramos. Pero realmente, desde el punto de vista de la biología, el único motivo por el que hay vida es para transmitir los genes.
--Los animales lo tienen muy claro, ¿no? Hay que sobrevivir hasta que consigas transmitir tus genes.En mi novela ese tema se trata también en los humanos. Se debate sobre si los humanos quieren transmitir los genes. En la sociedad moderna digamos que desde que se inventaron los métodos anticonceptivos nos liberamos de eso, ya no es un imperativo de la naturaleza transmitir los genes.
—Podemos ser una especie a extinguir.
Sí, lo que pasa es que somos tantos y tan eficaz nuestra supervivencia que no es fácil que nos extingamos.
—La gallina es tan solo el medio con el que cuenta el huevo para hacer otro huevo.
Quería una novela que hablase de animales, pero no que fuese un libro de divulgación científica. Además de esa hilazón con la investigación de la muerte de “Blanca”.
Creé entonces a Marina Santaolalla, un personaje que nos hace reflexionar sobre hasta qué punto nos parecemos a los animales y en qué no.
--Aquí hay un ejercicio de balística brutal.
A veces los escritores y los guionistas ponen pistas como a ellos les conviene. De repente se descubre una cosa, de repente pasa no sé qué, pero a mí me gusta estructurar mis novelas como se investigaría en la realidad. Entonces, todo eso me llevó a una investigación de tiradores de precisión. O sea, me llevó a un mundo muy interesante. Estuve en armerías por supuesto, y en una base española de las fuerzas especiales y he podido ver cómo se dispara….
—¿La violencia animal está justificada cuando se trata de alimentarse, pero está justificada cuando hablamos de un tema como la maternidad?
-¿De qué nos sirve la inteligencia unida a sentimientos que no podemos controlar?
--¿A qué huele el miedo?
…puedes seguir la entrevista en el enlace a Youtube o Spotify
.