—Permanecer en Caracas hasta que lo detuvieran, o seguir su lucha desde el extranjero. Leopoldo López había liderado una multitudinaria manifestación contra el régimen de Nicolás Maduro. Debía elegir entre libertad o cárcel, una pesadilla que comenzó hace nueve años.
Desde siempre en Venezuela, cárcel y exilio habían sido moneda corriente entre los que se arriesgaban a luchar para construir un país moderno.
Chávez; un caudillo mas de la ristra de caudillos que ha habido en Venezuela desde que el país se independizó. Leopoldo López, es descendiente por parte del padre de estos hombres que lucharon contra aquellos caudillos, que vivieron la cárcel y que vivieron el exilio. El personaje de alguna manera ya viene modelado por sus genes y por su historia familiar.
--A Leopoldo le interesaba el servicio público, mejorar la vida de la gente, actuar con ellos. Hablar con todo el mundo, vas con la calle y con él. Está constantemente interactuando con la gente. Y este es el personaje.
Yo me acuerdo perfectamente, porque he seguido siempre la historia de Venezuela muy de cerca, porque yo viví parte de la juventud allí, y todo lo que toca Venezuela me llega al corazón. Y recuerdo que el día 18 de febrero de 2014, este hombre, Leopoldo López, en lugar de irse al exilio con su familia, decide enfrentarse al régimen y entregarse, pero te metes en la boca del lobo porque te entregas a un régimen que sabes que es corrupto, a una justicia que sabes que está manipulada por el poder y sabes que vas a acabar en la cárcel. Entonces, ahí se preguntan: ¿es un loco, como todo el mundo, o es un héroe?
Un héroe en el sentido de ese que da los últimos pasos, esos que nadie quiere dar. Esos pasos que pueden cambiar la percepción de un país y sobre todo la historia personal de alguien. Bueno, pues después de todo lo que he estado con él, de haber escrito el libro, yo sí puedo decir que es un héroe. Hombres como él, acaban representando la conciencia de sus países, el último reducto de decencia moral. Y por eso he escrito el libro, para devolverle el lugar que le corresponde. Porque no hay que olvidar lo que hizo.
Y luego, desde el punto de vista de un escritor, había allí un material dramático muy interesante. Él actúa de acuerdo con sus creencias y con su convicción. Pero ¿Y la familia? ¿Por qué tiene que seguir en ese camino? ¿Y los hijos, pequeños entonces? ¿No tenían derecho a vivir en seguridad? ¿A tener una vida normal? Todas esas preguntas... me asaltaban cuando estaba investigando la historia.
--La primera vistia a la cárcel de sus hijos.
¿cómo les cuentas que tu papá está en la cárcel? Porque a la cárcel van los malos. Los que matan, los que roban.
La primera visita es increíble. Lilian va allí y le pide al custodio que por favor, vaya primero, abra antes la puerta porque no quiere que los niños vean que su papá encerrado detrás de sus puertas con unas rejas tremendas y que hacen tremendo ruido los candados y las rejas de hierro. Y en efecto, el custodio en ese momento le hace caso. Le cuenta a la niña que su papá está estudiando aquí y hay rejas porque hay fieras. Hay muchos animales en el campo.
Y la niña ve unos animales a lo lejos y se convence de que las rejas les protegen. Consiguen manipular la realidad para que a los niños no les choque y convierten esa celda al principio en un hogar. Hacen un mural, llevan juguetes, pero claro, la dictadura no está para eso, entonces la dictadura lo que hace es aplicar el método cruelísimo de hoy te doy mañana te quito. Lo tenían así, torturado realmente, los tortura psicológica absoluta. Y luego lo tenían en alislamiento, que también estaba en contra de los derechos básicos que tenía él. Tenía que haber estado en un penal, primero no militar, en vez de un penal militar, aislado. Le tenían un miedo tremendo y se lo siguen teniendo.
—Nadie en la vida te prepara para sacar a un inocente de la carcel. Lilian se convierte en una gran comunicadora.
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