"No sé qué puede haber en la mente de un asesino, pero algo muy fuerte le induce a no dejar de matar"
Rosa pasa página, tiene una cita al otro lado de la pantalla con Emilia Ward, la escritora de las exitosas novelas de misterio protagonizadas por la inspectora Mirada Moody. Claire Douglas, la autora de Thriller del momento en Reino Unido.
El manuscrito de la última novela de Emilia Ward está casi listo para ser publicado. Su editora y familia, los más allegados, lo han leído. Hasta aquí todo es normal, hasta que la propia autora se convierte en testigo de lo que ella misma ha creado, un libro de una serie de asesinatos que se están produciendo en la vida real. “El último crimen de la escritora Emilia Ward.” Claire Douglas (Planeta 2024)
P.—Un incidente sacado directamente de la trama de una de sus novelas ocurre en la vida real. Una coincidencia de algo ficcionado que se convierte en una realidad.
R.—Sí, eso es justamente, ella ha escrito una serie de novelas en las que escribe sobre Miranda Moody, que es su personaje, que la quiere matar, por cierto, porque quiere dedicarse a otra cosa, pero está con esa duda, si la mato, si no la mato... Pero bueno, efectivamente envía el manuscrito donde muere la inspectora en esa última entrega, pero empiezan a pasar cositas que están escritas en ese manuscrito, que solo unos poquitos han leído, con lo cual ella empieza a pensar, oye, aquí hay alguien detrás de esto que está haciendo lo que pongo yo aquí.
P.— Bueno, cuando se trata de una inspectora que ha estado apareciendo en distintos libros, en distintas historias, bien podría ser una opción. En lugar de jubilarla, como a veces ocurre con los autores de este tipo de novela, directamente alguien la quiere matar.
R.—Ella escribe y se plantea escribir que ella va a morir porque piensa con esto terminar un ciclo, terminar una etapa y me dedico a escribir otra cosa pero también quiere que en ese libro haya la sensación de miedo porque cuando le empiezan a pasar cosas a Emilia. que salen en el libro, pues la muerte forma parte de todo eso y hace que Emilia todavía tenga más miedo de que pueda acabar ella como Miranda en su libro.
P.—Vamos a hablar un poquito Emilia. Ella, ya hemos dicho que es escritora de exitosas novelas de misterio y están protagonizadas por Miranda. Ella vive en un barrio acomodado de Londres con su marido y sus dos hijos, pero tiene un pasado como todo el mundo. La hija mayor es de un matrimonio anterior, una separación.
R.—Su primer marido se fue con la mejor amiga de ella, muy traumático como experiencia, habían tenido una hija juntos, Yasmin, y entonces ella conoce a Elliot y tienen un hijo juntos también pero sigue en contacto con el ex marido porque es el padre de su hija, lógicamente eso significa que tiene que ver a su ex mejor amiga constantemente, pero después de lo que pasó no es algo que le apetezca demasiado, y eso crea una tensión añadida y un poco de sospecha también, cuando empiezan a pasar cosas.
P.—Vamos a este origen también de Emilia, que quizá por ahí podamos escarbar un poquito. Ella aprovechaba el tiempo en el que su hija; Yasmín, estaba en la guardería. De esta forma, inventó este personaje, una detective que no se anda con tonterías, un personaje muy fuerte, de armas tomar, porque en aquel momento ella misma se sentía débil y ante esa debilidad quería, entendiendo, escribir sobre un personaje que tuviera esa fuerza que ella en ese momento no tenía.
R.—Exacto, lo has dicho muy bien. Se inventa este personaje que es como lo contrario, porque ella pensaba, bueno, si escribo sobre esto quizá algo se me pega. Es como una terapia después del divorcio.
P.— Elliot, ¿qué nos puedes decir de él?
R.—A mí me ha gustado mucho escribir sobre Elliot porque tiene sus cosillas también, es un personaje muy diferente comparado con el primer marido y el lector quizás sospeche un pelín de Elliot a veces porque es un poco, ¿cómo decir? Es muy controlador. Un obseso del orden, ¿no? Es el padrastro de Jasmine, o sea, que está aprendiendo a ser un segundo padre para una hija que no es suya.
Envidia un poco a Emilia y ese vínculo que tiene con el ex todavía porque se siente un poco inseguro, porque sigue en contacto con una persona que le hizo mucho daño a ella, y ese es el matrimonio que ellos tienen. Pero yo lo he pasado muy bien escribiéndole a Elliot, porque puede ser un poquito gris, está en la zona de grises en cuanto a ética y moral, y uno no sabe al final qué pensar sobre él.
P.—Si digo: “una corona de flores que aparece en un sitio determinado” es una pista. Lo bueno es que te hacen pensar y sospechar de todos los personajes.
R.—Sí, yo lo quería fuera así, porque ella sospecha de todo el mundo, para empezar, y ella se siente insegura por lo que le había pasado en el pasado con el ex marido y la mejor amiga, de los que más cerca tienes, Y está en ese mundo claustrofóbico en que sospecha de todo el mundo, pero a veces sí que intenta, bueno, acusar falsamente a otros por esa inseguridad, porque ya no se fía ni de su propio criterio por lo que le pasó con su mejor amiga en el pasado, ya no se fía ni de sus propios instintos.
P.— Solamente ha leído ese manuscrito la editora, y algunos allegados. En esa sospecha que decíamos no hace nada sobre los objetos y sobre los personajes, hay una sospecha más y hay un interrogante más con respecto a Emilia. También se tiene que preguntar quién lo ha leído, aunque supuestamente lo tenga controlado, pero no es así.
R.—Sí, ella empieza incluso a sospechar de sus padres, porque el padre sí que lo ha leído y ya empieza a intentar dilucidar. A preguntarse y repasar quién puede haberlo leído, en principio es un círculo pequeño, pero y si ha ido haciéndose más grande, entre ellos mismos.
P.—Algunos idealizan tanto a un personaje, no sé un cantante, un deportista, alguien muy potente en las redes sociales…que se satura algún símbolo o la propia imagen a quien venera. ¿Podríamos pensar, los lectores que en esa idealización decidimos cometer los asesinatos que escribe su autora preferida.
R.—Ella está preocupada por eso, justamente, por esa idea de un fan, quizá, fanático. Un fan súper obsesionado. Pero, claro, ¿hasta qué punto, no?
P.—Hay historias que merecen ser contadas, ¿cuándo decidiste contar esta historia?
R.—Yo siempre, cuando escribía la novela anterior, suelo tener la idea para la novela siguiente, y así pasó también en este caso. Me puse en la piel, dije, imagínate, estoy escribiendo ahora este libro con estos crímenes, y de repente que esto que estoy escribiendo empiece a pasar a la realidad. ¡Qué miedo! ¡Qué pánico!
P.—¿Crees que un asesino en serie sabe cuándo es su último asesinato? Su última muerte, su último crimen.
R.—Pues no sé, me parece fascinante porque es difícil ponerse en su mente, ¿qué estará pensando una persona así? Si tú eres, no sé, un asesino, imagino que no puedes parar, imagina que es un deseo irrefrenable y que quieres seguir matando.
Pero en esta historia como no tengo un personaje así de detective, que sea el personaje principal de alguno de mis libros, yo quería aquí tener el procedimiento policial, sí, pero dentro del género thriller psicológico, porque a mí me gusta escribir los detectives y los asesinos en serie, asesinos psicológicos, y además, este creo que es un contenido un poco más oscuro, comparado con lo que había escrito hasta ahora.
P.—¿Es tu su novela más oscura?
Sí. Porque va de esto, porque va de un asesino en serie, dejando la marca del tatuaje. Yo no había escrito nada por el estilo hasta ahora, y quería hacer algo un poco distinto de lo que había venido haciendo hasta ahora.
P.—¿Te gustan las mantis religiosas?
R.—La verdad es que odio los insectos, no me gustan ninguno, me aterrorizan, sinceramente. Por eso las escogí, porque me da pánico verlas.
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